Abuchean a Marina del Pilar en la Graduación del CECYTEBC de Mexicali: Un rechazo sin presencia
Rechazo a Marina del Pilar en Mexicali: Un grito de descontento público
Mexicali.- Ah, el arte de ser abucheado sin siquiera estar presente. Marina del Pilar Ávila, la gobernadora de Baja California, logró lo impensable, ser el centro de un rechazo monumental en una ceremonia de graduación en el CECYTEBC de Mexicali, sin siquiera pisar el escenario. Sí, amigos, solo con mencionar su nombre, el público respondió con un desprecio tan contundente que uno casi podía escuchar el eco de su caída en picada en la popularidad.
Veamos el panorama. En mayo de 2025, Ávila y su esposo, Carlos Torres, sufrieron la revocación de sus visas estadounidenses, un detalle que, aunque no explicado oficialmente, huele a podrido a kilómetros. ¿Razones políticas, según el abogado David Zapp? Por favor, eso es como decir que un huracán es solo una brisa fuerte. La realidad es que este acto, combinado con las acusaciones de corrupción y la percepción general de que su administración es más un circo que un gobierno, ha pintado a Ávila como la villana de su propia telenovela.
Y luego está el momento estelar en Mexicali. Imagínense la escena, un orador, probablemente sudando frío, menciona su nombre, y el público responde con un rechazo tan palpable que casi se podía cortar con un cuchillo. No aplausos, no vítores, solo un silencio incómodo seguido de murmullos de descontento. ¿Acaso esperaban menos? Después de todo, esta es la misma gobernadora que ha visto cómo su popularidad se desmorona como un castillo de naipes ante el viento de la realidad. Y no, no es solo un capricho del público; es el resultado de años de promesas vacías y decisiones cuestionables.
Pero no nos equivoquemos, este no es solo un problema de Ávila. Es un síntoma de una enfermedad más profunda en la política mexicana, donde los líderes de Morena, aupados por el carisma de López Obrador, ahora enfrentan la dura realidad de la responsabilidad. Las redes sociales, esas mismas herramientas que una vez usaron para subir al poder, ahora son un espejo que refleja su ineptitud. Y mientras Ávila intenta navegar por estas aguas turbulentas, uno no puede evitar preguntarse: ¿qué tan baja puede caer antes de que alguien, cualquiera, se dé cuenta de que el emperador no tiene ropa?
En resumen, el rechazo en Mexicali, aunque ella no estuviera presente, no es más que un capítulo en la tragicomedia de Marina del Pilar. Un recordatorio de que, en la política, el desprecio del público es el precio que se paga por la arrogancia y la incompetencia. Y mientras tanto, Baja California sigue esperando a un líder que, al parecer, no está en el horizonte. ¿O será que ya estamos demasiado bajos para siquiera soñar con uno?