¿Adiós a quitarse los zapatos en aeropuertos? La polémica decisión de la TSA que divide opiniones
TSA acaba con la regla de 2006 tras el atentado de Reid, confiando en nuevas tecnologías, pero sin aclarar riesgos
EU.- La Agencia de Seguridad del Transporte de Estados Unidos (TSA) anunció este martes un cambio que promete aliviar a millones de viajeros, a partir de este domingo, los pasajeros ya no estarán obligados a quitarse los zapatos en los controles de seguridad de los principales aeropuertos, una regla impuesta desde 2006 tras el fallido atentado con explosivos en un vuelo de American Airlines. La medida, que se extenderá progresivamente, responde al avance tecnológico que, según la TSA, permite detectar amenazas sin necesidad de esta práctica.
Sin embargo, la decisión no está exenta de controversia. La regla original nació como respuesta directa al intento de Richard Reid de detonar un explosivo en su calzado, un episodio que marcó un antes y un después en la seguridad aérea. Casi dos décadas después, la TSA argumenta que sus nuevas tecnologías, como escáneres avanzados, hacen innecesaria la inspección manual de calzado. Pero la pregunta que resuena entre expertos y viajeros es clara: ¿es este un paso hacia una seguridad más eficiente o un riesgo calculado que podría debilitar las defensas? Hasta ahora, la agencia no ha detallado cómo compensará la pérdida de este filtro físico, lo que deja espacio a la incertidumbre.
En redes sociales, las reacciones son mixtas. Mientras algunos celebran la comodidad —"¡Por fin, adiós a las medias rotas!", bromean usuarios como @Mia113s—, otros, como @KennethDario19, cuestionan si la seguridad se verá comprometida. El antecedente de la "seguridad teatral", término acuñado por el experto Bruce Schneier para criticar medidas superficiales, añade un matiz de escepticismo. Por ahora, la TSA asegura que los cambios se ajustan a amenazas evolucionantes, pero sin una comunicación oficial clara, el público queda a la espera de pruebas que respalden esta transición. ¿Será este el fin de una era incómoda o el comienzo de una apuesta arriesgada? Solo el tiempo lo dirá.