Alito vs Andy: "Patético" y "torpe" el heredero fallido de AMLO y dirigente de Morena
El líder del PRI arremetió contra el secretario de Organización de Morena, destacando su derrota electoral y vacations en Japón
CDMX.- En una conferencia de prensa que rápidamente se convirtió en viral, Alejandro "Alito" Moreno, líder del PRI, lanzó un ataque frontal contra Andy López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador y actual secretario de Organización de Morena. Con un tono cargado de ironía, Moreno describió a López Beltrán como "patético" y "torpe", acusándolo de ser un intento de AMLO por heredar el poder "como si fuera una monarquía". Además, lo tildó de símbolo de la "hipocresía" de Morena, recordando su derrota en las elecciones pasadas y su supuesto estilo de vida poco austero.
Las palabras de Moreno, aunque provienen de una figura controvertida, no carecen de fundamento cuando se analizan las acciones de López Beltrán. Su reciente viaje a Japón, documentado en fotos que lo muestran en hoteles de lujo y tiendas de marcas exclusivas, contradice el discurso de austeridad republicana que Morena ha promocionado desde el inicio del sexenio de AMLO. Este episodio no es aislado: Andy ha sido vinculado a presuntos casos de tráfico de influencias, beneficiando a amigos con contratos millonarios durante el gobierno de su padre, según investigaciones periodísticas verificadas.
Su rol como secretario de Organización de Morena, un cargo que asumió tras las elecciones de 2024, no ha estado exento de críticas. En lugar de consolidar la presencia del partido en estados clave como Durango y Veracruz, donde Morena sufrió reveses electorales, López Beltrán ha sido señalado por su falta de pericia política y su enfoque en intereses personales. Su aparición en el podcast "la Moreniza" tras las elecciones, donde exhibió una actitud despreocupada frente a los resultados adversos, solo reforzó la percepción de que no está a la altura de las responsabilidades que implica su posición.
La ciudadanía, cansada de los excesos de la clase política, ve en Andy un ejemplo más de cómo los privilegios familiares pueden erosionar la credibilidad de un movimiento que se presentó como alternativo. Su derrota en las elecciones pasadas, mencionada por Moreno, no fue solo un revés electoral, sino un síntoma de la desconexión entre Morena y los votantes, un problema que López Beltrán parece incapaz de resolver.
En un país donde la confianza en los políticos está en su punto más bajo, la figura de Andy López Beltrán se convierte en un blanco fácil para la crítica, no solo por sus acciones, sino por lo que representa: un intento fallido de perpetuar el poder familiar en un contexto donde la renovación y la rendición de cuentas son más necesarias que nunca. Mientras Morena busca redefinir su rumbo bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum, la presencia de López Beltrán en sus filas podría ser más un lastre que un activo, alimentando la percepción de que el partido no ha aprendido de sus errores.