¿Ambición o verdad incómoda? Noroña tacha de "fascista" a la viuda de Manzo por pedir justicia en Michoacán y desata tormenta política en pleno 25N
El senador morenista llamó “fascista” e “irresponsable” a Grecia Quiroz por exigir investigar a tres líderes de Morena por el asesinato de su esposo; oposición, diputadas y hasta morenistas le reclama
CDMX.- En el polvorín político de Michoacán, donde el narco y las ambiciones se entretejen como raíces podridas, la alcaldesa interina de Uruapan, Grecia Quiroz, soltó una bomba el 13 de noviembre: exige investigar a tres pesos pesados de Morena —Leonel Godoy, Raúl Morón e Ignacio “Nacho” Campos— por el asesinato de su esposo, Carlos Manzo, el exalcalde baleado hace apenas unas semana, el 1 de noviembre. No es un grito al vacío; Manzo ya los había señalado en vida, acusándolos de rufianes ansiosos por volver al poder, financiados con dinero sucio y obstruyendo su gestión con irregularidades financieras que él mismo denunció ante el fiscal Carlos Torres Piña.
El crimen, un ajusticiamiento a quemarropa por un sicario de 17 años ligado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), ha cobrado siete detenciones: el material ejecutor, el intelectual “El Licenciado” capturado el 19 de noviembre, escoltas corruptos y un reclutador. Omar García Harfuch, secretario de Seguridad, lo atribuye a una célula criminal, pero Quiroz no traga: “Carlos les estorbaba a muchos, pero específicamente a estos personajes”, dijo en conferencia, reiterando las advertencias de su marido sobre Godoy —exgobernador perredista convertido en morenista—, Morón —senador que ya se lavó las manos ese mismo 19 de noviembre proclamando “manos limpias”— y Campos, su antecesor en la alcaldía, señalado por desfalcos.
Entra en escena Gerardo Fernández Noroña, el senador morenista de lengua afilada, quien este martes 25 de noviembre la despachó como “irresponsable” en un Facebook Live: “Su ambición se le despertó, va por la gubernatura; la derecha la necesita para legitimar sus mentiras”. La pinta de “fascista” con respaldo popular, puro saliva política. Horas después, el diputado independiente Carlos Bautista Tafolla, del Movimiento del Sombrero, contraatacó con un Facebook que se viralizó: “¿Cómo te atreves a meterte con una víctima cuando no entiendes su dolor? No está ahí por elección… está ahí porque le arrebataron al amor de su vida”. Defiende a Quiroz con un: “no está sola” y reta a Noroña: “Métete conmigo. Pero a Grecia, déjala en paz. Y si quieres hablar, aquí te espero en Uruapan… o dime a dónde voy”. “Aquí no somos derecha, aquí somos pueblo cabrón”.
Y no para ahí el vendaval: la senadora panista Verónica Rodríguez, en un pronunciamiento grabado este mismo 25 de noviembre, levantó la voz desde el Senado, exigiendo a la CNDH que intervenga por el “ataque misógino” de Noroña. “Deberíamos levantar la voz para decirle al senador Noroña que las mujeres no estamos solas”, clamó, enmarcando el linchamiento como un agravio a la viuda en luto que solo busca justicia, no reflectores. En un salón legislativo atestado de colegas, Rodríguez —con su traje sastre y mirada firme— convirtió el duelo de Quiroz en un llamado colectivo, recordando que el machismo político no discrimina colores partidistas.
La presión sube de tono con la senadora panista María de Jesús Díaz Marmolejo, quien desde la tribuna ese mismo día arremetió directamente contra las morenistas Malú Micher y Citlalli Hernández: “Tomen cartas en el asunto”, les espetó, acusándolas de hipocresía por predicar respeto a las mujeres mientras un compañero de filas las pisotea con impunidad.
Del PRI llega el zarpazo: la senadora Carolina Viggiano, en rueda de prensa con micrófonos acechando y su saco rojo impecable, lo tildó de “machista y misógino” que “dice cualquier cosa” por atención, defendiendo las aspiraciones políticas de Quiroz como un derecho legítimo en medio del luto.
Pero el contrapunto viene de casa: la senadora morenista Citlalli Hernández, en un video crudo grabado en un estacionamiento este 25 de noviembre, lanzó un “llamado a Noroña y a todos los hombres”: habría que indagar si Quiroz se sintió ofendida por las declaraciones del morenista, que la acusó de aliarse con la derecha para la gubernatura. Con gesto serio y voz pausada, Hernández —aliada de la 4T— pone el dedo en la llaga interna, sugiriendo que no todo Morena aplaude las declaraciones y dichos de Noroña, y que el dolor de una viuda merece al menos un poco de empatía.
Y en la cúspide, la presidenta del Senado, Laura Imelda Pérez Segura, esquivó la bala en conferencia este 25N: “Es una opinión de cada uno de los legisladores”, dijo, lavándose las manos del linchamiento mientras alaba un “diálogo permanente con las mujeres” en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. ¿Neutralidad o complicidad silenciada?
Noroña no se queda callado: rechazó de plano las acusaciones de misoginia, argumentando que sus palabras no atacan a Quiroz por ser mujer, sino por su supuesta movida política con la derecha hacia la gubernatura. “¿Dónde está el feminismo de la oposición cuando atacan a Fátima Bosch o a la presidenta Sheinbaum con insultos machistas?”, contrapreguntó, volteando la tortilla y cuestionando la selectividad de sus críticos. Con su habitual gesto desafiante, el senador se pinta de víctima de doble rasero, pero el tiro sale por la culata: en un país donde el 98% de los casos de violencia de género quedan impunes, según ONU Mujeres, desviar el foco al “qué hay de ellas” huele a distracción barata.
¿Defensa corporativa o cortina de humo? Michoacán, epicentro de la guerra contra el CJNG y Los Viagras, suma 1,200 homicidios al año, muchos políticos silenciados. Las pugnas internas en Morena —Godoy y Morón como viejos lobos contra el ascenso de Manzo, uno que no debe favores, que ganó con aroma fresco— apestan a revanchismo. Quiroz, asumiendo la alcaldía en duelo, no pide venganza ciega, sino pesquisa: “El que nada debe, nada teme”. Pero en un estado donde el 70% de los feminicidios y ejecuciones quedan en impunidad, según datos del Secretariado Ejecutivo, ¿quién investiga a los intocables?
Noroña acelera el linchamiento verbal, pero ignora el eco: Manzo no era un improvisado; sus denuncias grabadas circulan como prueba viva. Si Morena quiere blindar a los suyos, que lo haga con hechos, no con descalificaciones que suenan a pánico —y menos cuando un diputado cabrón lo invita a medir fuerzas en tierra caliente, senadoras de oposición lo crucifican por machismo, la cúpula de su partido lo despacha como “opinión personal”, y hasta compañeras de filas lo invitan a checar el pulso del agravio bajo la lupa de la agenda de género, mientras él contraataca con ejemplos ajenos. En Uruapan, el luto de Quiroz huele más a justicia postergada que a oportunismo. Y mientras, el narco ríe: divide y conquista. ¿Aceptará Noroña el reto, o se quedará en el ring de las redes? El tiempo, y una fiscalía autónoma, lo dirán.




