Análisis: Caso "Vector" revelado por el Tesoro de EU deja a AMLO en el centro de una red de nexos con narco-terroristas
Las acusaciones contra Alfonso Romo y su vínculo con AMLO, combinadas con los testimonios de capos detenidos, apuntan a un sistema de corrupción que se fortaleció durante el sexenio de López Obrador.
Por: Esmaragdo Camaz
CDMX.— En enero de este año, con el inicio del segundo mandato de Donald Trump, Estados Unidos redesignó a los cárteles mexicanos, como el Cártel de Sinaloa, como organizaciones terroristas extranjeras. Esta reclasificación, impulsada por la administración Trump, transforma la narrativa del narcotráfico en una amenaza de seguridad nacional, equiparando a los cárteles con grupos como los de Irán, según declaraciones de la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, quien incluyó a México en una lista de adversarios junto a países como Irán, China y Rusia. Esta postura señala a México como un país que, en la óptica estadounidense, tolera y encubre a terroristas, lo que justifica medidas más severas, como las sanciones impuestas el pasado 25 de junio por el Departamento del Tesoro a tres instituciones financieras mexicanas: CIBanco, Intercam y Vector Casa de Bolsa. Este ensayo se centra en el caso de Vector, propiedad de Alfonso Romo, exjefe de la Oficina de la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y sus implicaciones políticas, que apuntan directamente al expresidente y su entorno.
El caso Vector Casa de Bolsa: una red de lavado de dinero
El Departamento del Tesoro, a través de su Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN), acusó a Vector Casa de Bolsa de facilitar operaciones de lavado de dinero por más de 40 millones de dólares entre 2013 y 2019, vinculadas a sobornos pagados por el Cártel de Sinaloa a Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón.
Estas transacciones, según FinCEN, incluyeron pagos para la adquisición de precursores químicos usados en la producción de fentanilo, así como operaciones con empresas fachada y “mulas de dinero” que movieron millones de dólares entre 2013 y 2021. Vector, controlada por Alfonso Romo, un empresario clave en la campaña de AMLO en 2018 y jefe de la Oficina de la Presidencia de 2018 a 2020, se encuentra en el centro de un escándalo que no solo es financiero, sino profundamente político.
La ironía es que AMLO —en su obsesiva venganza contra Felipe Calderón ante quien perdió la elección presidencial en 2012—, hizo de la persecución de García Luna un pilar de su discurso anticorrupción, acusándolo de nexos con el narcotráfico. Sin embargo, la condena de García Luna en EE.UU. en 2023, por recibir sobornos del Cártel de Sinaloa, abrió una “caja de Pandora” que ahora salpica al propio AMLO. Las investigaciones de FinCEN revelan que Vector, bajo el control de Romo, un aliado cercano de AMLO, fue un vehículo para canalizar esos sobornos. Esto conecta directamente al círculo íntimo de AMLO con las actividades del narcotráfico, ahora considerado terrorismo por EE.UU.
La Relación entre Alfonso Romo y Andrés Manuel López Obrador: De la Campaña al Gabinete
La relación entre Alfonso Romo Garza y Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es un caso paradigmático de cómo intereses aparentemente opuestos pueden converger en la política mexicana. Romo, un empresario regiomontano con una trayectoria ligada a la derecha y a lo que AMLO denominaba la “mafia del poder”, se convirtió en una figura clave en la campaña presidencial de 2018 y en el gobierno de López Obrador, desempeñando roles cruciales como asesor económico y jefe de la Oficina de la Presidencia. Esta alianza, que comenzó en 2011, marcó un punto de inflexión en la estrategia política de AMLO, permitiéndole acercarse al sector empresarial, pero también sembrando sospechas sobre los compromisos detrás de esta relación, especialmente tras las acusaciones de lavado de dinero contra Vector Casa de Bolsa, propiedad de Romo.
Orígenes de la Relación
Alfonso Romo, nacido en 1950 en la Ciudad de México, es un empresario con un historial de apoyo a proyectos de derecha. Fue un respaldo activo del expresidente Vicente Fox (2000-2006) y del Plan Puebla-Panamá, además de haber fundado el partido Opción Ciudadana en 2005, que, según sus propias declaraciones, buscaba frenar la candidatura de AMLO en 2006.
Sin embargo, en 2011, durante un almuerzo en el modesto apartamento de AMLO en el sur de la Ciudad de México, Romo cambió su percepción del político tabasqueño. En una entrevista con El Financiero, Romo describió a AMLO como un hombre de “calidez, sencillez y conocimiento profundo de México,” lo que marcó el inicio de una amistad y alianza política. Este encuentro fue decisivo: Romo, que había admirado figuras controversiales como Augusto Pinochet y Marcial Maciel, según el exsecretario de Hacienda Carlos Urzúa, se convirtió en un aliado estratégico de un candidato que se presentaba como el abanderado de la izquierda y la lucha contra la corrupción.
El papel de Alfonso Romo en las campañas de AMLO
Alfonso Romo desempeñó un rol crucial en las campañas presidenciales de AMLO, especialmente en 2012 y 2018. En 2012 Romo decidió apoyarlo, marcando un giro en su postura política. Para 2018, su papel fue aún más prominente: fue designado coordinador del Proyecto de Nación de la coalición Juntos Haremos Historia, liderada por Morena. Su tarea principal fue acercar a AMLO al sector privado, especialmente en el norte de México, donde el candidato había enfrentado resistencias históricas. Romo, con su experiencia como propietario de Vector Casa de Bolsa y otras empresas, fungió como un puente entre AMLO y los empresarios, muchos de los cuales veían con escepticismo las propuestas de López Obrador, como la revisión de la reforma energética de 2013.
Durante la campaña de 2018, Romo trabajó para moderar el discurso de AMLO frente al sector privado, asegurando, por ejemplo, que la reforma energética no sería revertida, a pesar de las críticas de la base de Morena. En un mitin en Monterrey el 22 de junio de 2018, AMLO anunció que, de ganar, Romo sería el jefe de la Oficina de la Presidencia, un cargo que lo posicionaría como el principal enlace con el sector empresarial. Esta designación no solo reflejaba la confianza de AMLO en Romo, sino también una estrategia deliberada para proyectar una imagen de apertura hacia los empresarios, un sector clave para el crecimiento económico del país.
Ascenso como Jefe de la Oficina de la Presidencia
Tras la victoria electoral de AMLO en julio de 2018, Romo asumió el cargo de jefe de la Oficina de la Presidencia el 1 de diciembre de 2018, un puesto que lo convirtió en el coordinador del gabinete presidencial y en el principal interlocutor con el sector privado. Desde esta posición, Romo tuvo un rol estratégico en la creación del Consejo para el Fomento a la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico, buscando alinear las prioridades del gobierno con las del sector privado. Sin embargo, su influencia generó tensiones dentro del gobierno. En 2019, Carlos Urzúa, entonces secretario de Hacienda, renunció citando conflictos con Romo, a quien acusó de tener una visión ideológica opuesta a la de AMLO y de influir en la toma de decisiones económicas.
Romo permaneció en el cargo hasta diciembre de 2020, cuando anunció su salida, aunque continuó como enlace con el sector privado. AMLO destacó su papel, calificándolo como “un hombre independiente, honesto y comprometido con las causas justas,” y subrayó su importancia como aliado desde el inicio del movimiento de Morena. Sin embargo, su salida no marcó el fin de su influencia, ya que mantuvo un rol informal como asesor económico de AMLO, lo que refleja la profundidad de su relación con el expresidente.
La reclasificación de los cárteles como terroristas y sus consecuencias
La designación de los cárteles como organizaciones terroristas por parte de la administración Trump eleva las sanciones a un nivel sin precedentes. La Ley FEND Off Fentanyl, promulgada en 2024, otorga al Departamento del Tesoro facultades para sancionar a instituciones que faciliten el tráfico de opioides, como Vector, CIBanco e Intercam. Esta medida no solo prohíbe transferencias de fondos desde y hacia estas instituciones, sino que también envía un mensaje claro: EE.UU. percibe a México como un país que no solo fracasa en combatir el crimen organizado, sino que lo tolera activamente, un país que proclive a los terroristas, de acuerdo a esta nueva reclasificación del narco.
La fiscal Pam Bondi, durante una comparecencia en el Senado, reforzó esta narrativa al equiparar a México con adversarios como Irán, sugiriendo que la tolerancia hacia los cárteles —o sea, hacia los terroristas—, podría justificar acciones más drásticas. Un legislador cuestionó a Bondi sobre la cooperación de México en la lucha contra el narcotráfico, a lo que ella respondió que las acciones mexicanas son insuficientes, señalando la falta de extradiciones significativas y la permisividad hacia los cárteles.
La pregunta implícita es inquietante: si EE.UU. está dispuesto a bombardear a Irán por su amenaza nuclear, ¿qué medidas podría tomar contra México, un país vecino acusado de albergar terroristas? La retórica de Trump, quien ha insistido en que el narco controla amplias zonas de México y domina al gobierno, sugiere un endurecimiento de la política bilateral, con posibles sanciones económicas, restricciones comerciales o incluso intervenciones más directas.
Las acusaciones contra AMLO: el reportaje de Tim Golden
El caso de Vector no surge en un vacío. En 2024, el periodista Tim Golden, en un reportaje publicado por ProPublica y respaldado por The New York Times, reveló que la DEA y la Fiscalía de Nueva York investigaron presuntos pagos de más de 2 millones de dólares del Cártel de Sinaloa a la campaña presidencial de AMLO en 2006. Según testigos, incluido Edgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie,” estos fondos se entregaron a cambio de la promesa de tolerancia hacia las operaciones del cártel en un eventual gobierno de AMLO. Aunque las acusaciones no resultaron en cargos formales, la falta de acción de López Obrador contra los cárteles durante su presidencia y su política de “abrazos, no balazos” alimentaron las sospechas de complicidad.
El caso Vector refuerza estas acusaciones. La relación de AMLO con Alfonso Romo, a quien llamó “amigo Poncho” y mantuvo como enlace con el sector privado tras su salida del gobierno en 2020, coloca al expresidente en el centro de una red de nexos con el narcotráfico. La participación de Vector en el lavado de dinero durante el sexenio de AMLO (2019-2023) sugiere que las actividades ilícitas no solo persistieron, sino que florecieron bajo su administración. El enriquecimiento de AMLO y sus hijos durante su presidencia, señalado por críticos y medios, añade otra capa de sospecha, aunque sin pruebas concluyentes hasta ahora.
La respuesta de sheinbaum y las contradicciones internas
El 26 de junio de 2025, durante su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum defendió a las tres instituciones sancionadas, particularmente a Vector, argumentando que no existen pruebas contundentes de actividades ilícitas. Esta postura parece más una defensa de AMLO y su legado que una evaluación objetiva, dado el peso político de Romo en Morena. Sin embargo, la intervención de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) a las tres instituciones el mismo día, bajo el pretexto de proteger a los clientes, sugiere un intento de controlar la narrativa y limitar la fuga de información que podría implicar a funcionarios actuales, como Edgar Amador, secretario de Hacienda de Sheinbaum y excolaborador de Vector.
La defensa de Sheinbaum contrasta con sus acciones contra el narcotráfico. A través de su secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, ha intensificado las incautaciones de fentanilo y la transferencia de operativos de cárteles a EE.UU., en un esfuerzo por apaciguar a la administración Trump. Esta estrategia choca con la permisividad de AMLO, quien liberó a Ovidio Guzmán en el “Culiacanazo” de 2019, saludó a la madre de Joaquín “El Chapo” Guzmán en Badiraguato y se refirió a él con respeto como “el señor Joaquín Guzmán.” La política de “abrazos, no balazos” permitió que los cárteles, especialmente el de Sinaloa, operaran con impunidad, consolidando el sexenio de AMLO como el más productivo para el narcotráfico.
Las fricciones entre Sheinbaum y AMLO son evidentes. Durante su gestión como jefa de gobierno de la CDMX, Sheinbaum apoyó a García Harfuch como su sucesor, pero AMLO bloqueó su candidatura a la alcaldía, acusándolo de nexos con García Luna. Estas tensiones sugieren que Sheinbaum enfrenta un dilema: proteger a AMLO y su legado o distanciarse para consolidar su propio liderazgo.
La aportación de los narcos detenidos
Las investigaciones de EE.UU. parecen alimentadas por información proporcionada por capos detenidos, como Ismael “El Mayo” Zambada, Ovidio Guzmán y otros miembros del Cártel de Sinaloa. La captura de Zambada en julio de 2024 y la entrega de Ovidio Guzmán a EE.UU. coinciden con una intensificación de las acusaciones contra figuras mexicanas. Zambada, en particular, ha señalado nexos entre políticos mexicanos y el narcotráfico, según una carta de García Luna publicada por el Los Angeles Times. Estos testimonios, combinados con la retórica de Trump sobre el control del narco sobre México, apuntan a una estrategia deliberada para exponer la “narcopolítica” mexicana, con AMLO como objetivo final.
Proyección a corto y mediano plazo
Relación México-EE.UU.
A corto plazo, las sanciones a Vector, CIBanco e Intercam tensarán la relación bilateral. La administración Trump, con su enfoque agresivo contra el fentanilo, podría imponer más sanciones económicas o restricciones comerciales si México no muestra resultados concretos en la lucha contra los cárteles —es decir, contra los terroristas—. La retórica de Pam Bondi y Trump sugiere que EE.UU. podría considerar medidas más drásticas, como intervenciones militares selectivas o presión para extradiciones masivas, aunque estas opciones son improbables debido a la interdependencia económica entre ambos países. A mediano plazo, la cooperación en seguridad dependerá de la capacidad de Sheinbaum para demostrar compromiso, pero las acusaciones contra AMLO podrían limitar su margen de maniobra.
El Dilema de Sheinbaum
Sheinbaum enfrenta una encrucijada. Proteger a AMLO y su círculo, incluido Romo, podría consolidar su base en Morena, pero a costa de su credibilidad internacional y doméstica. Distanciarse de AMLO, permitiendo investigaciones transparentes, arriesga fracturar su partido y alienar a los seguidores del expresidente. A corto plazo, Sheinbaum probablemente mantendrá su defensa de las instituciones sancionadas, pero a mediano plazo, la presión de EE.UU. podría forzarla a tomar medidas contra figuras clave de Morena, incluido AMLO, para salvar su presidencia.
El Futuro de AMLO
Las investigaciones de EE.UU., respaldadas por testimonios de capos como Zambada y Guzmán, se acercan peligrosamente a AMLO. A corto plazo, el expresidente podría refugiarse en su popularidad y en el control de Morena para desviar las acusaciones. Sin embargo, a mediano plazo, si las pruebas se acumulan, AMLO podría enfrentar cargos formales en México o EE.UU., especialmente si se demuestra su complicidad con el narcotráfico. Su enriquecimiento y el de sus hijos durante su presidencia será un foco de escrutinio, y su legado podría colapsar si se confirma su vinculación con el narco.
Panorama para los Mexicanos
A corto plazo, los mexicanos enfrentarán incertidumbre económica debido a las sanciones financieras y la percepción de inestabilidad. La intervención de la CNBV a Vector, CIBanco e Intercam podría generar desconfianza en el sistema financiero, afectando a los inversionistas y clientes. La violencia derivada de la lucha entre cárteles, como en Sinaloa tras la captura de Zambada, persistirá, exacerbada por la presión de EE.UU. A mediano plazo, el futuro dependerá de la capacidad de Sheinbaum para equilibrar la cooperación con EE.UU. y la estabilidad interna. Si opta por proteger a AMLO, México podría enfrentar sanciones más severas y una mayor polarización política. Si se distancia, podría iniciar una nueva etapa de gobernanza, pero con el riesgo de perder apoyo dentro de Morena. Para los ciudadanos, el desafío será exigir transparencia y rendición de cuentas —hoy más difícil que nunca con un Poder Judicial falto de independencia, sometido al Poder Ejecutivo en manos de Morena—, mientras el país navega una relación bilateral cada vez más tensa.
Conclusión
El caso de Vector Casa de Bolsa revela la complejidad de la narcopolítica en México y su impacto en la relación con EE.UU. Las acusaciones contra Alfonso Romo y su vínculo con AMLO, combinadas con los testimonios de capos detenidos, apuntan a un sistema de corrupción que floreció durante el sexenio de López Obrador. La reclasificación de los cárteles como terroristas y las sanciones de EE.UU. marcan un punto de inflexión, con implicaciones que van más allá de lo financiero. Sheinbaum debe decidir si proteger a AMLO o priorizar la gobernabilidad de México, mientras los mexicanos enfrentan un futuro incierto, marcado por la presión externa y las divisiones internas. La justicia estadounidense, alimentada por la información de los narcos, parece decidida a exponer a AMLO, lo que podría redefinir el panorama político de México en los próximos años.