Anulan licitación de medicamentos en México por irregularidades: un golpe a la opacidad que abona al desabasto en el sector Salud
El dictamen oficial, identificado como UCP/233/DGCSCP/367/2025, no deja lugar a dudas: el procedimiento estuvo “viciado de origen”.
CDMX.- Por segunda vez en menos de un año, el proceso de compra de medicamentos en México queda bajo la lupa. La Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno declaró nula la licitación pública internacional para adquirir medicamentos, insumos médicos y material de curación para el periodo 2025-2026, gestionada por Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex). La resolución, fechada el 8 de abril de 2025, expone un catálogo de irregularidades que van desde la ausencia de estudios de mercado hasta requisitos ilegales impuestos a los participantes, lo que ha obligado a cancelar todos los contratos adjudicados y a reiniciar el proceso desde cero. Pero más allá de la sanción, este episodio destapa una crisis recurrente en la gestión pública de la salud y pone en entredicho la capacidad del gobierno para garantizar el abasto de medicinas sin tropezar con los mismos errores.
El dictamen oficial, identificado como UCP/233/DGCSCP/367/2025, no deja lugar a dudas: el procedimiento estuvo “viciado de origen”. Entre los hallazgos, se señala la falta de un estudio de mercado que justificara las necesidades reales del sistema de salud, un paso elemental para evitar compras desproporcionadas o insuficientes. A esto se suman omisiones en los anexos técnicos y actas de aclaración, así como la exigencia de constancias de cumplimiento fiscal como condición para participar, cuando la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público establece que estos documentos deben solicitarse después de la adjudicación, no antes. Birmex, en su defensa, alegó que estas medidas buscaban “agilizar” el proceso, pero la Secretaría Anticorrupción desechó el argumento por contravenir el marco legal.
El trasfondo no es nuevo. Desde el desmantelamiento del esquema de compras centralizadas en 2019, el gobierno mexicano ha enfrentado críticas por desabasto en hospitales públicos y por la opacidad en sus procesos de adquisición. La apuesta por Birmex como eje de la distribución de medicamentos pretendía ser una solución nacionalista frente a la dependencia de privados, pero los resultados han sido magros. En 2024, otra licitación fue suspendida por irregularidades similares, y hoy, con esta anulación, el panorama se repite: un sistema de salud que depende de contratos mal planeados y una burocracia incapaz de sortear sus propios obstáculos.
La Secretaría de Salud ha intentado calmar las aguas. En un comunicado, afirmó que “todos los insumos y medicamentos recibidos, así como todo lo que se ha pedido a la fecha, serán recibidos y pagados, tal y como lo establece la ley”. También aseguró que “con las órdenes de suministro ya emitidas, se garantiza el abasto de medicamentos, y tenemos plazo suficiente para la entrada en vigor de los nuevos contratos”. Sin embargo, estas promesas chocan con la realidad de clínicas y hospitales que, según reportes de organizaciones como Cero Desabasto, siguen enfrentando faltantes de medicinas esenciales, desde analgésicos hasta tratamientos oncológicos.
Un detalle interesante del fallo es la posibilidad de readjudicar contratos por asignación directa a proveedores originales, siempre que no se detecte sobreprecio. Esto podría acelerar el suministro, pero también abre la puerta a cuestionamientos sobre la transparencia en una modalidad que, por definición, reduce la competencia. ¿Es esta una solución práctica o un parche que perpetúa las fallas estructurales? La respuesta no está clara, y el historial de Birmex —una empresa con décadas de existencia pero limitada experiencia en licitaciones de esta escala— no inspira confianza.
El impacto inmediato es un retraso en la compra de insumos para 2025 y 2026, un periodo crítico para un sistema de salud ya tensionado por años de pandemia y recortes presupuestales. Aunque la Secretaría Anticorrupción celebra la anulación como un triunfo contra la ilegalidad, el costo lo pagan los pacientes que dependen de un abasto puntual. México necesita más que resoluciones ejemplares; requiere una estrategia sólida que alinee eficiencia, transparencia y capacidad operativa. Mientras tanto, esta licitación fallida es un recordatorio incómodo de que las buenas intenciones no bastan cuando la ejecución tropieza con la realidad.