¿Aranceles a China: Salvación para México o sumisión a EE.UU.?
Marcelo Ebrard anunció un aumento de aranceles del 20% al 50% a vehículos chinos, buscando resguardar 325,000 empleos en la industria automotriz
CDMX.- Marcelo Ebrard, ahora al frente de la Secretaría de Economía, defendió este jueves 11 de septiembre la decisión de imponer un arancel del 50% a los autos chinos, presentándola como un escudo para la industria nacional y los 325,000 empleos en riesgo. Según el propio Ebrard, esta medida, que eleva los gravámenes de un 20% actual a un tope permitido, busca contrarrestar la entrada de vehículos baratos que socavan la producción mexicana. Sin embargo, admitió que habrá un costo: una “leve” subida inflacionaria del 0.3%, según cálculos coordinados con Hacienda.
El contexto no deja lugar a dudas: la presión viene de Washington. Con el T-MEC bajo revisión en 2026, el gobierno de Claudia Sheinbaum parece ceder a las demandas de EE.UU., que ve con recelo la creciente presencia china en México —12 plantas manufactureras chinas se han instalado desde 2019, según la Coalición para una América Prospera—. Expertos como Gabriela Siller, de Banco BASE, advierten que esto podría disparar la demanda de autos chinos a corto plazo, mientras China ya responde con acusaciones de “coerción” y amenaza con llevar el caso a la OMC.
¿Es esta una estrategia legítima para proteger empleos o un movimiento calculado para mantenerse en la gracia de Trump? La narrativa oficial choca con la realidad: los aranceles, lejos de ser una decisión soberana, reflejan la difícil posición de México, atrapado entre su industria y las tensiones geopolíticas. Mientras tanto, el consumidor mexicano podría pagar el precio en sus bolsillos.