¡Blanca como un fantasma! Turista causa pánico en una aldea de Laos y los niños huyen despavoridos
Los niños huyeron despavoridos al ver a la extranjera, un fenómeno atribuido a la rareza de turistas en la zona y creencias culturales locales
Laos.- Imagina llegar a una aldea remota en Laos, donde el mayor susto que los niños han tenido en su vida probablemente sea un pollo suelto en el patio, y de repente aparece una turista blanca como la leche. Sí, amigos, no estamos hablando de un capítulo de "The Walking Dead", pero casi. En un vídeo que se ha viralizado en X (antes Twitter), una mujer con piel clara y un vestido floreado se convierte, sin querer, en el equivalente local de un fantasma, causando que los niños de una escuela rural salgan corriendo como si acabaran de ver a Freddy Krueger.
La escena es digna de una comedia: los pequeños, con mochilas al hombro, miran con ojos como platos a la intrusa, y antes de que puedas decir "sabaidee" (hola en laosiano), ya están despavoridos, escondiéndose en aulas y corriendo por el patio como si les fuera la vida en ello. Uno de los niños incluso llora, mientras la turista, ajena al caos que ha desatado, se ríe y comenta: "Estos niños son inteligentes, saben lo que hacen las personas blancas". Claro, porque nada grita "inteligencia" como huir de alguien que probablemente solo quiere sacar una selfie.
El contexto aquí es clave: en muchas zonas rurales de Laos, los encuentros con personas de piel clara son tan raros como un unicornio en un desfile de Mardi Gras. Según expertos en cultura laosiana, la falta de exposición a turistas y la persistencia de ciertas creencias locales podrían haber alimentado la idea de que los extranjeros son, digamos, "seres sobrenaturales". Y no, no es racismo, es más bien un choque cultural digno de un sketch de Monty Python.
La turista, por su parte, parece disfrutar del espectáculo, aunque uno no puede evitar pensar que tal vez debería haberse quedado en el hostal jugando al bingo. Al final, los niños, tras el susto inicial, vuelven a sus aulas, y la mujer sigue su camino, probablemente con una historia que contará en todas las cenas de Acción de Gracias. Moraleja de la historia: si vas a un lugar donde nunca han visto a alguien como tú, tal vez no sea mala idea avisar antes, o al menos llevar caramelos para aplacar a los pequeños "fantasmas" locales.