Blanco justifica pádel con "indicación médica"; Morena y Sheinbaum callan ante su falta de compromiso
Presidente Claudia Sheinbaum evade comentarios directos, argumentando que la Cámara de Diputados debe aplicar su reglamento interno
CDMX.- En una escena que bien podría ser un capítulo de una serie sobre la decadencia política, Cuauhtémoc Blanco, exgobernador de Morelos y ahora diputado federal por Morena, fue captado jugando pádel durante una sesión remota de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, destinada a discutir la crucial Ley de Aguas Nacionales. El video, que rápidamente se viralizó, muestra a Blanco solicitando su registro de asistencia mientras se escuchan claramente los sonidos de una cancha de pádel, lo que desató una ola de críticas y burlas en redes sociales. Blanco, conocido por su trayectoria como futbolista y su controvertida carrera política, intentó justificarse con un argumento que roza lo ridículo: “Necesito hacer ejercicio por indicación médica”. Sin embargo, esta excusa no solo minimiza la gravedad de su falta de compromiso con sus deberes legislativos, sino que también ignora el contexto de una sesión que involucraba decisiones trascendentales para el país.
La reacción de la presidenta Claudia Sheinbaum ante este incidente fue igualmente controversial. En la Mañanera, Sheinbaum evitó hacer comentarios directos sobre el caso de Blanco, argumentando que “no es necesario estar comentando sobre eso” y que “la Cámara de Diputados tiene suficiente criterio para aplicar su reglamento interno”. Esta postura, sin embargo, contrasta con la habitual intervención de Sheinbaum en asuntos que involucran a opositores políticos, lo que plantea preguntas sobre la consistencia de su criterio y la protección implícita hacia miembros de su propio partido. Su declaración refuerza la percepción de impunidad dentro de Morena.
Este episodio no solo pone en entredicho la seriedad de Blanco como legislador, sino que también cuestiona la eficacia de los mecanismos de supervisión y sanción en el Congreso. ¿Cómo es posible que un diputado pueda ausentarse de sus funciones de manera tan descarada sin consecuencias significativas? La respuesta parece estar en un sistema político que tolera la irresponsabilidad y premia la mediocridad. Mientras tanto, los ciudadanos, que enfrentan problemas reales como la escasez de agua, merecen representantes que prioricen sus deberes por encima de sus intereses personales. La pregunta que queda en el aire es: ¿cuándo dejaremos de normalizar estas actitudes en nuestra clase política?