Bloqueos en las arterias del país: Transportistas y campesinos paralizan México en un grito colectivo
Carreteras, puentes internacionales y aduanas bloqueados por demandas contra inseguridad, precios del diésel y la Ley General de Aguas. ANTAC, FNRCM y MAC lideran la protesta
CDMX.- Ayer 24 de noviembre, México despertó con sus venas logísticas obstruidas: un megabloqueo nacional de transportistas y campesinos afecta al menos 25 estados, con cierres en carreteras clave como la México-Querétaro, accesos fronterizos en Chihuahua y aduanas en Nuevo León, desde las 8:00 horas. Liderado por la ANTAC, el FNRCM y el MAC, el paro responde a inseguridad en rutas —con 200 asaltos mensuales reportados por la CANACAR—, fletes estancados ante el diésel por las nubes y la controvertida Ley General de Aguas, que los manifestantes ven como un paso hacia la privatización del recurso vital para el agro. El impacto salta a la vista: mercancías varadas, frutas pudriéndose en campos de Sinaloa y desvíos caóticos en la CDMX, según alertas de la Concamin.
La oficialidad responde con un tufillo a campaña: la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, señaló al PAN y PRI como “orquestadores” de la protesta, desdibujando su raíz en demandas genuinas del sector rural, que genera el 3.2% del PIB según el INEGI de 2024. En contraste, Ricardo Monreal, de Morena, urge “diálogo sin filtros”, exponiendo fisuras en el bloque oficialista bajo Sheinbaum. Esta polarización distrae de lo esencial: semanas de mesas fallidas y un campo asfixiado por extorsiones que dejan choferes en jaque, no por maquinaciones partidistas.
Videos virales lo pintan crudo: Yako Rodríguez, exmoreno y barzonista, marcha en Chihuahua con campesinos, reclamando precios de garantía para maíz y trigo, excluidos del T-MEC. Si el gobierno persiste en la narrativa opositora, ignora que el malestar es orgánico, no importado. Con posibles extensiones a 28 estados hoy, el reloj corre: ¿mesa real o más retórica? El hambre no espera.



