¿Café instantáneo: El enemigo silencioso de tu visión?
Investigación genética indica que el consumo de café instantáneo podría multiplicar por 6.92 el riesgo de DMAE seca, aunque se requieren más estudios para confirmarlo
Reino Unido.- Un estudio reciente ha encendido alarmas sobre el café instantáneo, ese atajo matutino que tantos adoran por su comodidad. Según investigadores, podría elevar drásticamente el riesgo de degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) en su forma seca, la más común y que afecta a casi 200 millones de personas en el mundo, con proyecciones de 290 millones para 2040. Publicado en junio de 2025 en la revista Food Science & Nutrition, el análisis genético utilizó datos de más de 180,000 participantes del UK Biobank para el consumo de café y cerca de 306,000 del consorcio Finngen para casos de DMAE (7,589 con forma seca).
Los hallazgos son intrigantes pero no definitivos: una correlación genética muestra que cada desviación estándar en el consumo de café instantáneo multiplica por 6.92 el riesgo de DMAE seca, sugiriendo un vínculo causal vía aleatorización mendeliana, un método que usa variantes genéticas para simular ensayos aleatorios y evitar sesgos. Sin embargo, aquí entra el ojo crítico: estudios previos indicaban que el café regular podría proteger contra la DMAE, pero el instantáneo, procesado a altas temperaturas, podría contener compuestos como acrilamida que dañan la retina. El análisis no encontró variantes genéticas compartidas, lo que deja el mecanismo en misterio, y se basa en poblaciones europeas, limitando su aplicabilidad global. Además, la aleatorización mendeliana asume que los genes solo afectan el consumo de café, algo que podría violarse por pleiotropía.
En contexto, el café es la bebida más consumida después del agua, con beneficios antioxidantes, pero su forma instantánea –barata y omnipresente– podría no valer el riesgo para ojos vulnerables, especialmente en mayores de 50. ¿Recomendación? Opta por molido fresco si puedes, y consulta a un oftalmólogo. Estudios como este urgen más investigación, pero por ahora, ese sobrecito matutino merece una segunda mirada.