Carlos Torres renuncia temporalmente a cargos públicos en medio de acusaciones de corrupción : ¿Huye de las acusaciones o protege a Marina del Pilar?
La decisión llega tras semanas de escrutinio público y acusaciones de corrupción, lavado de dinero y nexos con el crimen organizado, que también han salpicado a la propia gobernadora.
Baja California.- En un movimiento que ha sacudido la política de Baja California, Carlos Torres, esposo de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, anunció su renuncia temporal a sus cargos honorarios en el gobierno estatal y en el ayuntamiento de Tijuana. La decisión llega tras semanas de escrutinio público y acusaciones de corrupción, lavado de dinero y nexos con el crimen organizado, que también han salpicado a la propia gobernadora. Torres, quien no había sido visto en público desde el 10 de mayo de 2025, justificó su salida como una “decisión propia” para priorizar a su familia y enfocarse en proyectos personales.
La controversia se intensificó luego de que Estados Unidos revocara la visa de Torres en mayo de 2025, una medida que también afectó a Marina del Pilar, quien perdió su visa de turista. Según un reporte de El País del 18 de mayo, las autoridades estadounidenses investigan a Torres por presunto lavado de dinero y conspiración, señalando posibles vínculos con el crimen organizado. En México, la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO) también lo indaga por evasión fiscal, corrupción y violaciones a la Ley de Hidrocarburos, lo que ha avivado las críticas hacia la administración de Marina del Pilar.
Torres estaba a cargo de proyectos clave de desarrollo urbano, como la rehabilitación del centro histórico de Mexicali y la creación de los parques “Laguna México” y “Esperanto” en Tijuana. Sin embargo, su repentina salida ha generado preocupación entre ciudadanos como @DonRoberTJ, quien lamentó en X que estas iniciativas, especialmente las mejoras al centro de Tijuana, puedan quedar abandonadas. Mientras tanto, el hashtag “¿Y el Torres?” se volvió tendencia en redes sociales, reflejando la inquietud pública sobre su paradero y su papel en el gobierno.
La renuncia de Torres, lejos de apaciguar las críticas, ha levantado más preguntas sobre la transparencia de la gestión de Marina del Pilar. En un estado con un historial de corrupción arraigada, este escándalo pone a prueba la credibilidad de su administración y deja en el aire si la salida de Torres es un intento genuino de rendir cuentas o una maniobra para desviar la atención mientras las investigaciones avanzan. Lo cierto es que, por ahora, el futuro político de Baja California parece más incierto que nunca.