CFE reporta pérdidas por 16 mil 92 millones de pesos en el primer trimestre de 2025
La alta dependencia del gas natural importado desde Estados Unidos expone a la CFE a la volatilidad de los precios internacionales
CDMX.- La Comisión Federal de Electricidad (CFE) cerró el primer trimestre de 2025 con pérdidas de 16 mil 92 millones de pesos, según su reporte a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) del 30 de abril. Este resultado marca un contraste abrupto con la ganancia de mil 869 millones de pesos registrada en el mismo periodo de 2024, evidenciando un deterioro financiero significativo en la empresa estatal dirigida por Emilia Calleja.
A pesar de un incremento del 11.7% en los ingresos, que pasaron de 147 mil 750 millones de pesos en el primer trimestre de 2024 a 164 mil 984 millones en 2025, el balance se vio afectado por un aumento desproporcionado en los costos operativos. Estos crecieron un 27.8%, alcanzando 143 mil 109 millones de pesos frente a los 111 mil 976 millones del año anterior. La CFE atribuye este encarecimiento principalmente al alza en los precios de los combustibles, en particular el gas natural, del cual depende en un 65% para su generación eléctrica mediante centrales de ciclo combinado.
La alta dependencia del gas natural importado desde Estados Unidos expone a la CFE a la volatilidad de los precios internacionales. En 2024, los precios del gas natural en el mercado global experimentaron alzas significativas debido a factores como la recuperación de la demanda post-pandemia y tensiones geopolíticas que afectaron las cadenas de suministro energético. Esta vulnerabilidad estructural, sumada a la depreciación del peso frente al dólar en el periodo reportado, incrementó los costos de importación y agravó la presión sobre las finanzas de la empresa.
**Reforma energética: ¿un cambio cosmético o estratégico?**
El reporte también destaca la transformación jurídica de la CFE, que a partir del 1 de noviembre de 2024 dejó de ser una Empresa Productiva del Estado para convertirse en una Empresa Pública del Estado, tras la reforma constitucional publicada el 31 de octubre de 2024. Según la CFE, esta reestructuración busca “procurar la justicia energética” y fomentar el desarrollo sustentable en actividades como generación, transmisión y distribución de electricidad, además de incursionar en servicios de internet y telecomunicaciones.
Sin embargo, el impacto real de esta reforma en la gestión y sostenibilidad financiera de la CFE permanece incierto. La transición hacia un modelo de “empresa pública” podría implicar una mayor intervención estatal, pero no aborda directamente los desafíos estructurales de la compañía, como su dependencia de combustibles fósiles importados o la necesidad de modernizar su infraestructura para integrar fuentes renovables de manera más eficiente. En un contexto global donde la transición energética es prioritaria, la CFE enfrenta el reto de alinear sus operaciones con metas de sustentabilidad sin comprometer su estabilidad económica.
El panorama financiero de la CFE en el primer trimestre de 2025 refleja una combinación de factores externos, como la volatilidad de los precios del gas y la depreciación del peso, y debilidades internas, como una estructura de costos poco resiliente. Si bien el aumento en los ingresos es positivo, el desbalance con los gastos operativos sugiere una gestión que no ha logrado anticipar ni mitigar los riesgos del entorno económico global.
La reestructuración jurídica, aunque presentada como un avance, parece más una declaración de intenciones que una solución concreta a los problemas inmediatos de la empresa. Para revertir las pérdidas, la CFE necesitará diversificar sus fuentes de generación energética, reducir su exposición a los mercados internacionales de combustibles y optimizar sus procesos operativos. Sin estas medidas, el discurso de “justicia energética” corre el riesgo de quedar en retórica.
En conclusión, las pérdidas reportadas por la CFE en 2025 son un llamado de atención sobre la urgencia de reformas operativas y estratégicas que vayan más allá de los cambios legales. El desafío para Emilia Calleja y su equipo será transformar estas adversidades en oportunidades para fortalecer a la empresa en un sector energético cada vez más competitivo y exigente.