Científicos italianos desarrollan mascarilla con sensor para detectar enfermedades renales mediante el aliento
El dispositivo, probado en 100 personas, ofrece un 84% de precisión en la identificación de casos y un 88% en descartarlos
Italia.- Un equipo de científicos italianos ha presentado una innovación que suena a ciencia ficción, una mascarilla capaz de detectar enfermedades renales crónicas analizando el aliento. Según un estudio publicado en la revista ACS Sensors, este dispositivo, integrado con sensores de gas especializados, identifica compuestos volátiles como el amoniaco, cuya presencia elevada en la respiración puede ser un indicador de daño renal. En pruebas con 100 personas, la mascarilla logró identificar correctamente a pacientes con enfermedad renal crónica en un 84% de los casos y descartó la afección con un 88% de precisión, incluso sugiriendo la posibilidad de determinar la etapa de la enfermedad.
El contexto es prometedor. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., unos 35 millones de estadounidenses padecen esta condición, muchos sin saberlo, especialmente en etapas tempranas. La idea de un diagnóstico no invasivo, económico y accesible —especialmente en regiones con sistemas de salud limitados— podría transformar la detección temprana. La tecnología, basada en electrodos de plata recubiertos con polímeros sensibles a metabolitos renales, aprovecha la acumulación de amoniaco cuando los riñones fallan, un enfoque respaldado por investigaciones previas en biosensores portátiles.
Sin embargo, no todo es tan idílico. La precisión, aunque alta, deja un margen de error significativo: un 16% de falsos negativos y un 12% de falsos positivos podrían generar confusión o retrasos en tratamientos vitales. Además, el amoniaco no es exclusivo de la enfermedad renal; otras condiciones, como problemas hepáticos, también lo elevan, lo que plantea dudas sobre la especificidad del sensor. Los ensayos, aunque alentadores, se limitaron a 100 sujetos, una muestra pequeña que requiere validación a mayor escala. Y aunque se destaca su bajo costo, no se especifican los detalles de producción ni la viabilidad a nivel masivo.
Esta mascarilla podría ser un avance revolucionario si se perfecciona, pero por ahora parece más una promesa en desarrollo que una solución definitiva. La ciencia avanza, y con ella, la esperanza de diagnósticos más simples; sin embargo, la cautela sigue siendo clave hasta que los datos sean más robustos. ¿Estaremos ante el futuro de la medicina portátil o solo ante un prototipo intrigante? El tiempo y más investigaciones lo dirán.