Claudia Sheinbaum arremete contra Salinas Pliego, pero evade su propia responsabilidad en la crisis de damnificados
La presidenta arremetió contra el empresario, pero evade responsabilidad en la respuesta a la emergencia
CDMX.- En una conferencia de prensa que parecía más un ring de boxeo que un espacio de gobernanza, la presidenta Claudia Sheinbaum lanzó un ataque directo contra el empresario Ricardo Salinas Pliego, acusándolo de evadir impuestos mientras los damnificados de Veracruz sufren las consecuencias de las lluvias. “A ver si paga impuestos, con eso se puede ayudar a más gente”, dijo, en un tono que mezcla indignación y sarcasmo. Sin embargo, esta declaración no solo refleja la tensión entre el gobierno y el sector privado, sino que también deja en el aire una pregunta crucial: ¿dónde está la autocrítica de Sheinbaum ante la debacle en la respuesta a la emergencia?
El contexto no es menor. Salinas Pliego, según datos verificados, enfrenta acusaciones de adeudar al fisco mexicano alrededor de 63,000 millones de pesos (unos 3,800 millones de dólares), una cifra que, de ser cobrada, podría aliviar en parte las arcas públicas. Pero este no es un problema nuevo; el conflicto con el SAT viene de años atrás, durante el gobierno de López Obrador, y ahora Sheinbaum lo utiliza como ariete político. Sin embargo, el timing de sus palabras resulta cuestionable, especialmente cuando los damnificados de Veracruz, Puebla e Hidalgo aún esperan una respuesta efectiva del gobierno federal.
Sheinbaum asegura que no teme a las críticas, pero su discurso evade un punto central: la falta de preparación y recursos para enfrentar desastres naturales. El FONDEN, el fondo destinado a emergencias, fue desmantelado por la anterior administración, y aunque Sheinbaum prometió reconstruirlo, los hechos demuestran que no ha sido suficiente. Además, la presidenta ha sido criticada por no activar a tiempo los protocolos de alerta y evacuación, lo que agravó la situación en zonas vulnerables. En lugar de centrarse en estas fallas, prefiere apuntar a Salinas Pliego, un blanco fácil pero distante de la realidad inmediata de los afectados.
Por otro lado, el empresario no se ha quedado callado. Salinas Pliego ha respondido a las acusaciones con dureza, cuestionando la transparencia del gobierno en el manejo de recursos y sugiriendo que el dinero para los damnificados podría provenir de otras fuentes, como el petróleo regalado a Cuba, un tema que ha generado controversia. Aunque sus palabras pueden parecer provocativas, no dejan de apuntar a un problema estructural: la dependencia del gobierno de recursos que podrían destinarse a necesidades internas.
En resumen, el enfrentamiento entre Sheinbaum y Salinas Pliego no es más que un distractivo en un momento crítico. Mientras la presidenta se enfoca en criticar a un empresario, los damnificados siguen esperando respuestas concretas. Quizás sea momento de que Sheinbaum mire al espejo y reconozca que, para resolver la crisis, no basta con señalar a otros; se requiere acción, responsabilidad y, sobre todo, una estrategia que ponga por delante a los ciudadanos, no a las batallas políticas.