¿Clemencia o rendición? EE.UU. descarta pena de muerte para capos mexicanos
El Departamento de Justicia de EE.UU. anunció que no buscará la pena capital contra Ismael "El Mayo" Zambada, Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes, desatando debate
Washington.- En un giro inesperado, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que no pedirá la pena de muerte para los presuntos capos mexicanos Ismael "El Mayo" Zambada, Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes, figuras clave en el narcotráfico transnacional. La noticia, ha encendido un debate sobre las prioridades de Washington en su lucha contra los cárteles y las posibles implicaciones diplomáticas con México.
El contexto no es menor, estos hombres, todos en sus setenta, enfrentan cargos por décadas de violencia y tráfico de drogas, incluyendo el asesinato de un agente de la DEA en el caso de Caro Quintero, quien ya cumplió años en prisión mexicana antes de su extradición. Según Reuters, la decisión se alinea con la postura de sus abogados, quienes argumentaron que la pena capital no era adecuada, abriendo la puerta a negociaciones para acuerdos de culpabilidad. El caso de Zambada, detenido en julio de 2024 junto a Joaquín Guzmán López, hijo de "El Chapo", refuerza la idea de que EE.UU. podría estar buscando información a cambio de clemencia.
Sin embargo, la medida levanta sospechas. ¿Es esto un triunfo de la justicia o una señal de debilidad? En X, usuarios como Guillermo cuestionan la coherencia de una política que alterna amenazas y retrocesos, mientras otros, como Victor Manuel, ven una oportunidad perdida para castigar a "basuras" que merecen cadena perpetua. El silencio sobre el Cártel de Jalisco Nueva Generación, mencionado por @teikan_, añade más interrogantes: ¿se trata de un trato selectivo? Fuentes como El Imparcial confirman que no hay ejecución en el horizonte, pero el trasfondo político —con nombres como AMLO y Sheinbaum resonando en las redes— sugiere que las relaciones bilaterales podrían estar influyendo.
Esta decisión, tomada en un momento de intensificación de la violencia ligada al narcotráfico en la frontera, pone en jaque la narrativa de la "guerra contra las drogas". Sin pena de muerte, pero con cárteles aún operativos, la pregunta queda en el aire: ¿está EE.UU. priorizando la estrategia sobre la justicia, o simplemente admitiendo los límites de su poder?