¿Coerción o tradición? Burócratas acusan obligación de comprar 'cachitos' para sorteo migrante
Empleados federales del IMSS, Secretaría de Bienestar y Secretaría de Salud reportan obligación de adquirir "cachitos" del Gran Sorteo Especial No. 303, bajo amenaza de represalias laborales
CDMX.- En un eco de prácticas que muchos creían superadas, empleados federales en México denuncian estar siendo presionados para adquirir boletos de la Lotería Nacional, bajo amenaza de perder sus empleos. El foco está en el "Gran Sorteo Especial No. 303", programado para el 15 de septiembre de 2025 —coincidiendo con las fiestas patrias—, que busca honrar a los migrantes mexicanos y recaudar 800 millones de pesos, según anunció el gobierno el 25 de julio pasado.
Los señalamientos provienen de trabajadores del IMSS, la Secretaría de Bienestar y la Secretaría de Salud, quienes afirman que superiores les exigen comprar al menos dos boletos quincenales a 200 pesos cada uno, con plazos estrictos como el 1 de septiembre para pagos en el IMSS o el 12 de septiembre en Bienestar. Documentos internos, como uno firmado por Guadalupe Aparicio Gómez en el IMSS, detallan la distribución de hasta 50 boletos por área, con instrucciones de reportar folios y mantener silencio. Algunos empleados, anónimos por temor a represalias, comparten fotos de tickets ocultando seriales y sugieren que los fondos podrían desviarse a comités de Morena, aunque esto carece de pruebas.
Este escenario plantea interrogantes: ¿Se trata de una medida voluntaria para apoyar a migrantes —como prometió la presidenta, destinando ganancias a consulados en EE.UU.— o de un abuso laboral que viola derechos básicos? En contexto histórico, México ha visto coerciones similares en épocas priistas, pero bajo la 4T, que presume erradicar la corrupción, esto choca con el discurso oficial. Sin respuesta gubernamental hasta ahora, el caso resalta la vulnerabilidad de burócratas ante presiones jerárquicas, con un premio mayor de 255 millones de pesos que parece opacado por el descontento. ¿Avanzamos o retrocedemos? La transparencia urge.