Colapso en China: El techo de la Torre del Tambor de Fengyang se desmorona
¿Restauración o ruina? el colapso de la Torre del Tambor de Fengyang desata dudas sobre la conservación del patrimonio Chino.
China.- El video que circula en redes sociales muestra un momento impactante, el techo de la Torre del Tambor de Fengyang, una estructura de 650 años de antigüedad en China, se desmorona en medio de una nube de polvo y escombros. Construida originalmente en 1375 durante la dinastía Ming, la torre fue destruida en 1853 y reconstruida en 1995, pero el colapso reciente, apenas dos meses después de su restauración en marzo de 2025, plantea serias preguntas sobre la calidad y supervisión de los trabajos de conservación.
Afortunadamente, no se reportaron heridos, lo que sugiere que el incidente ocurrió en un momento controlado o con medidas de seguridad adecuadas. Sin embargo, el hecho de que una estructura histórica recién restaurada ceda de esta manera pone en duda la integridad de los materiales utilizados y las técnicas empleadas. ¿Fue un error aislado o un síntoma de problemas más profundos en la gestión del patrimonio cultural en China?
Este incidente no es aislado. China, con 56 sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, enfrenta constantemente el desafío de preservar su rico legado histórico frente a la presión del desarrollo urbano y las prioridades económicas. Casos como el traslado de monumentos históricos para dar paso a infraestructuras modernas, o restauraciones que priorizan la apariencia sobre la autenticidad, han generado críticas internacionales. La Torre del Tambor de Fengyang, símbolo de la historia local, ahora se suma a esta lista de preocupaciones.
Las autoridades chinas han anunciado una investigación, pero el daño ya está hecho. No solo se trata de una pérdida material, sino también de confianza en las instituciones responsables de proteger el patrimonio. ¿Cómo asegurar que las restauraciones no se conviertan en ruinas? Este evento debería ser un llamado a repensar las estrategias de conservación, asegurando que el pasado no sea sacrificado en el altar del progreso.