Cónclave 2025 inicia hoy: México con mínima participación en la elección del Papa 267
El cónclave arranca a las 8:30 horas (tiempo de México) tras una reunión previa donde los cardenales delinearon el perfil ideal del nuevo Pontífice
Roma.- Hoy, 7 de mayo de 2025, la Capilla Sixtina se cierra al mundo para dar inicio al cónclave que elegirá al sucesor de Francisco, el Papa número 267 de la Iglesia católica. Con 133 cardenales electores, el evento marca un hito por la menor participación mexicana en casi medio siglo: solo dos cardenales, Carlos Aguiar Retes y Francisco Robles Ortega, representarán al país, el número más bajo desde 1978, cuando José Salazar López fue el único mexicano en el cónclave que eligió a Juan Pablo II.
Contexto y dinámica del cónclave
El cónclave arranca a las 8:30 horas (tiempo de México) tras una reunión previa donde los cardenales delinearon el perfil ideal del nuevo Pontífice: un pastor cercano a las heridas de la humanidad, capaz de liderar una Iglesia samaritana, según el Vaticano. La votación, que requiere dos tercios de los votos (89 de 133), se realiza en un entorno aislado, con señales telefónicas cortadas desde las 7:00 horas para garantizar secrecía.
Elio Masferrer, antropólogo de las religiones y experto en la Iglesia católica, explica a Excélsior que la reducción de cardenales mexicanos refleja la falta de alineación de la jerarquía local con la visión de Francisco, centrada en volver a los orígenes cristianos de igualdad e inclusión. Durante su pontificado (2013-2025), Francisco nombró solo dos cardenales mexicanos: Aguiar Retes, arzobispo de México, y Felipe Arizmendi, quien, al superar los 80 años, no participa en el cónclave. Esto contrasta con los tres electores mexicanos en 2005 (Benedicto XVI) y 2013 (Francisco).
La influencia de Francisco en el cónclave
Francisco, quien nombró al 80% de los electores (108 de 133), moldeó estratégicamente el Colegio Cardenalicio para perpetuar su legado. Masferrer destaca que el Papa argentino priorizó a prelados de congregaciones religiosas, menos vinculados a estructuras de poder tradicionales, y empoderó a mujeres en cargos clave, como Raffaella Petrini, primera gobernadora del Estado Vaticano. Estas decisiones reflejan su crítica al machismo y al elitismo eclesiástico, evidentes en su advertencia a los obispos mexicanos en 2016, cuando los comparó con quienes “van detrás del carro del faraón” (Éxodo 14:6-18).
En México, el Episcopado ha estado dominado por sectores conservadores opuestos a corrientes progresistas como la Teología de la Liberación. Francisco intentó renovarlo con obispos de congregaciones religiosas, pero, según Masferrer, no tuvo tiempo suficiente para consolidar cardenales alineados con su visión. “Si no se alinean, no hay cardenales”, sentencia el experto.
Perspectivas y desafíos
La elección enfrenta una pugna entre tradicionalistas y los seguidores de Francisco, quienes defienden un retorno a los principios igualitarios del Sermón de la Montaña. La necesidad de dos tercios otorga a las minorías un poder de veto, haciendo impredecible el resultado. “Ni Dios sabe quién va a quedar”, ironiza Masferrer, subrayando la complejidad de las negociaciones.
La menor presencia mexicana no responde a criterios demográficos —México es el segundo país con más católicos del mundo (98 millones, según el Pew Research Center)— sino a la falta de sintonía con Francisco. Este cónclave, además, ocurre en un contexto global marcado por llamados a la paz en Ucrania y Oriente Medio, lo que podría influir en la elección de un Papa con un perfil conciliador.
El cónclave de 2025 no solo definirá al nuevo líder de 1,400 millones de católicos, sino que pondrá a prueba el legado de Francisco, quien buscó una Iglesia más inclusiva y menos anclada en el poder. La reducida participación mexicana evidencia las tensiones entre la jerarquía local y la visión papal, mientras el mundo espera un Pontífice capaz de navegar los desafíos de una era convulsa.