Crimen organizado siembra terror en el agro sinaloense
Agricultores reportan extorsiones de mil 500 pesos por hectárea en medio de la guerra entre la "mayiza" y la "chapiza", ante autoridades omisas.
Culiacán.- La violencia del crimen organizado en Sinaloa ha llegado a niveles alarmantes, dejando una marca profunda en la comunidad agrícola. Los agricultores no solo enfrentan las inclemencias del clima y los desafíos económicos globales, sino también una guerra interna entre cárteles que los tiene asfixiados y temerosos, que se traduce en extorsiones hasta de mil 500 pesos por hectárea.
El Peso de Los Mayos y Los Chapitos
En el epicentro de esta batalla se encuentran dos facciones delictivas: Los Mayos y Los Chapitos, liderados por Iván Archivaldo Guzmán. Estos grupos han impuesto su ley en el campo, obligando a los productores a negociar con ellos para poder trabajar. "No podemos negar que tratamos con ellos, todos nos tenemos que sentar alguna vez y negociar", comenta un líder agrícola de la CAADES, reflejando la situación de desesperanza y coerción.
Extorsiones: El Nuevo Costo de Producción
Las extorsiones se han vuelto un costo adicional para los agricultores, que deben pagar por el uso del agua y el transporte de sus productos. Un productor de maíz elotero revela: "Nos han incrementado los precios por hectárea. El año pasado fueron hasta 1,500 pesos más, que según por la sequía, pero sabemos que no podemos oponernos, porque sabemos que quien se opone le va mal". Esta declaración resalta la impunidad con la que operan los criminales y la falta de protección para los trabajadores del campo.
Consecuencias Económicas y Sociales
El impacto económico es devastador. Los agricultores se ven forzados a aumentar sus precios, repercutiendo en la economía local y la accesibilidad de los productos agrícolas. Pero el daño no es solo económico. La violencia también ha afectado la vida cotidiana de las comunidades, con el cierre de escuelas y un aumento en el absentismo escolar debido a la inseguridad.
El Silencio de las Autoridades
A pesar de los testimonios y la evidencia de la grave situación, parece haber un silencio ensordecedor por parte de las autoridades. Los agricultores saben que oponerse puede costarles no solo su sustento, sino también sus vidas. "Ellos tienen información muy delicada, mucha es pública, pero hay otra que no, como los datos de uno mismo, de su familia, de los socios. Saben dónde vivimos y calculan cuánto ganamos", menciona otro agricultor, reflejando el nivel de control y vigilancia que ejercen los cárteles.
Regiones más Afectadas
Las extorsiones y la violencia se concentran en áreas de alto volumen de siembra como Culiacán, Navolato, Eldorado, Angostura, Salvador Alvarado, Mocorito, Sinaloa (municipio), Ahome y El Fuerte. Estas regiones, antes conocidas por su riqueza agrícola, ahora son sinónimo de miedo y extorsión.
Una Comunidad en Vilo
La comunidad agrícola de Sinaloa vive en un estado constante de alerta. El crimen organizado ha socavado no solo la economía, sino también la paz y la estabilidad de miles de familias. Es urgente que se tomen medidas efectivas para proteger a los agricultores y restaurar la confianza en el estado de derecho.
Mientras tanto, la vida en el campo sigue adelante, pero bajo la sombra de la violencia y el temor. ¿Hasta cuándo?