David Beckham recibe título de caballero en Windsor por servicios al deporte y la caridad
El exfutbolista fue investido por el Rey Carlos III en una ceremonia que resalta su legado deportivo y filantrópico
Inglaterra.- En una ceremonia que mezcla pompa real y nostalgia futbolística, David Beckham finalmente recibió el título de caballero en el Castillo de Windsor, un honor que muchos consideran más simbólico que meritorio. A sus 50 años, el ex capitán de la selección inglesa, conocido por su carisma y su habilidad con el balón, fue investido por el Rey Carlos III en reconocimiento a su contribución al deporte y la caridad. Sin embargo, esta distinción llega después de años de especulaciones y polémicas, incluyendo un escándalo de evasión fiscal que casi lo deja fuera de la lista de honores en 2017.
La ceremonia, con Beckham arrodillándose ante el monarca en un salón dorado que parece sacado de un cuento de hadas, fue un espectáculo para la prensa y los fans. Vestido con un traje diseñado por su esposa Victoria, el ex jugador de Manchester United y Real Madrid recibió la espada sobre el hombro, un ritual que lo convirtió en “Sir David Beckham”. Pero detrás de la fachada de glamour, surge la pregunta: ¿realmente merece este honor alguien cuyo legado deportivo, aunque impecable, ha sido eclipsado por su carrera como celebridad global y embajador de marcas como Adidas y Armani?
La investidura también destaca el contraste entre el mundo del fútbol y la realeza británica, un sistema de honores que muchos critican por su elitismo y falta de transparencia. Mientras Beckham se une a una lista de deportistas como Sir Bobby Charlton, su título de caballero llega en un momento en que la monarquía enfrenta cuestionamientos sobre su relevancia en el siglo XXI. Para algunos, este título es un guiño a un pasado glorioso del fútbol inglés; para otros, un recordatorio de cómo los honores reales a menudo premian más la fama que el impacto real. Con Victoria Beckham luciendo su habitual semblante serio y el Rey Carlos sonriendo, la escena fue un retrato perfecto de un espectáculo que, aunque impecable, no deja de generar debate.



