Denuncian penalmente a Grupo Firme en BCS por interpretar corrido que hace apología del delito
La Fiscalía de Baja California Sur investiga al grupo tras su concierto del 22 de noviembre en La Paz, donde cantaron “Se fue la Pantera”, tema dedicado a un lugarteniente del Cártel de Sinaloa
Baja California Sur.- El pasado 22 de noviembre, el estadio Guaycura de La Paz, Baja California Sur, vibró con el show de Grupo Firme, pero lo que empezó como una noche de banda sinaloense terminó en escándalo. La banda interpretó “Se fue la Pantera”, un corrido que alude a un lugarteniente de Dámaso López Núñez, “El Licenciado”, figura clave del Cártel de Sinaloa. Horas después, una denuncia penal aterrizó en la Fiscalía General del Estado por presunta apología del delito, impulsada por el Ayuntamiento local. La presidenta municipal, Milena Quiroga Romero, no se anduvo con rodeos en conferencia: “Estos corridos siembran violencia, especialmente en niños vulnerables”, y ofreció toda la evidencia, incluyendo un video que circula en redes.
No es un caso aislado en un México donde los narcocorridos bailan al filo de la navaja legal. En Jalisco, Junior H enfrentó cargos similares hace meses por “El Azul”, homenaje a otro capo. Baja California Sur carece de ley específica contra estos temas, pero aplica normas generales del Código Penal que castigan la promoción de delitos. Aquí radica el detalle: ¿es esto censura disfrazada de protección social, o un freno necesario a una cultura que romantiza el narco en zonas donde los cárteles no son ficción? Quiroga lo ve claro: urge legislar para blindar escuelas con charlas sobre violencia, no con letras que glorifican balas y traiciones.
El impacto podría salpicar más allá de La Paz. Grupo Firme, con millones de fans y giras millonarias, enfrenta ahora un dilema ético-artístico que divide opiniones: para unos, es tradición norteña; para otros, gasolina a la inseguridad. Si la fiscalía avanza, veremos si prevalece la libertad de expresión o la urgencia de desarmar narrativas tóxicas. Por ahora, el silencio post-concierto duele más que cualquier acorde.



