Desplome bursátil sacude Asia y Europa: Trump y los aranceles encienden las alarmas globales
Trump vende estos aranceles como una cura milagrosa para el déficit comercial y la industria estadounidense, pero el remedio parece peor que la enfermedad.
CDMX.- Hoy, los mercados financieros de Asia y Europa se tambalearon bajo el peso de una noticia que ya no sorprende, pero sigue golpeando con fuerza: los aranceles de Donald Trump. El lunes 7 de abril de 2025 quedará grabado como un día de pánico bursátil, con caídas históricas que reflejan el temor a una guerra comercial sin cuartel. El Nikkei japonés se desplomó un 7,9%, el Hang Seng de Hong Kong se hundió más del 13% y el DAX alemán arrancó la jornada con un estremecedor -9%. ¿La causa? Una política comercial estadounidense que no da tregua y una respuesta internacional que, por ahora, solo aviva el fuego.
El telón de fondo es claro. Trump, fiel a su estilo confrontacional, anunció el pasado 3 de abril una nueva ronda de aranceles: un 10% general a casi todos los países y tarifas más agresivas a sectores estratégicos. China, en el ojo del huracán, vio cómo su relación comercial con Washington se tensaba aún más con un arancel retaliatorio del 34% a bienes estadounidenses, efectivo desde el 4 de abril. El presidente estadounidense no se inmutó: en un post en X afirmó que “China jugó mal, entraron en pánico”, una declaración que, lejos de calmar las aguas, ha inyectado más incertidumbre a un mercado ya al borde del colapso.
En Asia, la jornada fue un baño de sangre. El Nikkei 225 cerró con una caída del 7,9%, su peor día desde 2008, según CNN Business, golpeado por la dependencia japonesa de las exportaciones tecnológicas y automotrices. Hong Kong se llevó la peor parte: el Hang Seng perdió más del 13%, un desplome que no se veía desde la crisis asiática de 1997. En China, el Shanghai Composite cedió un 7,3%, una señal de que ni las economías más resilientes están a salvo. Europa no se quedó atrás. El DAX alemán abrió con un -9%, reflejo del pánico en un país que vive de sus exportaciones, mientras el FTSE 100 británico cayó cerca del 5%, un retroceso más moderado pero igualmente alarmante.
Los números hablan por sí solos, pero detrás de ellos hay una historia más compleja. Trump vende estos aranceles como una cura milagrosa para el déficit comercial y la industria estadounidense, pero el remedio parece peor que la enfermedad. Se estima que el comercio global podría contraerse un 1% este año, y el FMI ya proyecta una caída del PIB europeo del 0,6% en 2026 si el conflicto escala. Mientras tanto, el oro se dispara a 3.200 dólares la onza y los bonos del Tesoro se convierten en refugio, con rendimientos cayendo al 4,22%, según Investopedia. Es el clásico vuelo a la seguridad: los inversores huyen de las acciones como si fueran un barco que se hunde.
No es difícil entender por qué. La falta de claridad en la estrategia de Trump —más allá de su retórica de mano dura— deja a los mercados en un limbo peligroso. ¿Hasta dónde llegará esta guerra comercial? ¿Qué tan dispuestos están China, la UE o Japón a ceder? Por ahora, las respuestas son escasas. La Unión Europea, con Ursula von der Leyen al frente, ha ofrecido eliminar aranceles industriales a cambio de diálogo, una propuesta que Trump ha ignorado. China, por su parte, ha optado por la vía dura, denunciando “hegemonía” estadounidense y acudiendo a la OMC, mientras Japón y Canadá evalúan represalias discretas. Este desorden internacional no hace más que alimentar la incertidumbre.
Críticos como Jane Smith, de XYZ Research, no se andan con rodeos: “Esto no es solo un problema comercial; es un terremoto geopolítico”, afirmó en CNN. Y tiene razón. Los aranceles no solo encarecen bienes y trastocan cadenas de suministro; también erosionan la confianza, el lubricante esencial de los mercados. Jerome Powell, jefe de la Reserva Federal, lo admitió esta semana al señalar que la incertidumbre comercial está frenando a las empresas y podría avivar la inflación. Pero con la Fed atrapada entre subir tasas o mantenerlas, las opciones para amortiguar el golpe son limitadas.
Sin embargo, no todo el mundo ve esto como una catástrofe. Hay quienes, desde Washington, defienden que los aranceles podrían forzar a países como China a negociar y revitalizar la industria estadounidense a largo plazo. Es una apuesta arriesgada, y el costo inmediato está a la vista: Wall Street ya perdió 5 billones de dólares en dos días la semana pasada, según Reuters, y hoy los futuros apuntan a más caídas. Para el ciudadano de a pie, esto se traducirá en precios más altos y menos opciones en las tiendas. ¿Vale la pena el sacrificio? Trump diría que sí; los mercados, claramente, no están de acuerdo.
En el fondo, este lunes negro es un recordatorio de cómo las decisiones políticas pueden desatar tormentas económicas impredecibles. Asia y Europa están pagando el precio de una guerra comercial que no pidieron, mientras el mundo espera, con el aliento contenido, el próximo movimiento de Trump. Si no hay un giro inesperado —y nada en su historial sugiere que lo habrá—, el riesgo de una recesión global se cierne cada vez más cerca. Hoy, las bolsas hablaron alto y claro: el “efecto Trump” está aquí, y no hay ganador a la vista.
**Principales índices afectados:**
- Nikkei 225 (Japón): Cayó un 7,9%, marcando su peor día desde 2008, con un impacto notable en el sector tecnológico.
- Hang Seng (Hong Kong): Perdió más del 13%, el mayor descenso diario desde 1997, afectando especialmente a empresas tecnológicas y exportadoras.
- Shanghai Composite (China): Bajó un 7,3%, reflejando la respuesta a los aranceles chinos y la incertidumbre comercial.
- DAX (Alemania): Abrió con una caída del 9%, con los sectores exportadores, como el automotriz, sufriendo pérdidas significativas.
- FTSE 100 (Reino Unido): Registró una baja de aproximadamente el 5% en las primeras operaciones, un impacto moderado pero aún considerable.