Después de saberse con cáncer terminal, dejó a su marido y se acostó con 200 hombres: La historia de Molly Kochan llega a Disney+
Nacida y criada en Nueva York, Molly soñaba con ser escritora. Tras mudarse a Los Ángeles y casarse por amor, su vida cambió drásticamente en 2011 con un diagnóstico de cáncer de mama.
Show.- Molly Kochan, fallecida en 2019 a los 45 años, dejó un legado imborrable que rompió tabúes y transformó las narrativas sobre el cáncer y la sexualidad. “No quiero ser la persona más fuerte que conozcas”, escribió en su cuenta de Instagram, donde publicaba imágenes que desafiaban las expectativas sobre una paciente con cáncer terminal. Lejos de mostrar fragilidad, Molly compartía selfis sensuales y provocativas, a menudo en ropa interior. En su biografía explicaba que combinaba “declaraciones honestas sobre el cáncer de mama en etapa IV con las selfis sexis que envío a extraños para sentirme viva”. Esta aparente contradicción entre su enfermedad y su libertad de expresión fue su manera de enfrentar el dolor y mostrar al mundo una perspectiva distinta de la lucha contra el cáncer.
La vida de Molly
Nacida y criada en Nueva York, Molly soñaba con ser escritora. Tras mudarse a Los Ángeles y casarse por amor, su vida cambió drásticamente en 2011 con un diagnóstico de cáncer de mama. Se sometió a una mastectomía bilateral, quimioterapia y radiación, pero en 2015 la enfermedad regresó en etapa IV, ya incurable. En lugar de rendirse, Molly decidió reinventarse: se separó de su esposo y exploró su sexualidad como nunca antes. Este viaje de auto descubrimiento, descrito como una “odisea erótica”, la llevó a experimentar con fetiches, sexo casual y sexting.
El podcast y la revelación de Molly
En 2018, junto a su mejor amiga Nikki Boyer, Molly lanzó el podcast Dying for Sex (Morir por Sexo), donde abordaron la vida, la amistad y la sexualidad en el contexto de la enfermedad. A través de este proyecto, Molly narraba su búsqueda de placer y sus luchas emocionales, reflejando su deseo de sentirse Viva pese a la incertidumbre. “Durante mucho tiempo, en el sexo, se me daba bien descubrir lo que les gusta a los demás y podía fingir ser una actriz. Pero no tenía ni idea de lo que me gusta a mí”, confesó en un episodio.
El podcast también reveló traumas de su pasado. “Probablemente, la disociación fue una habilidad que desarrollé la noche en que fui abusada”, admitió, mostrando cómo esas experiencias moldearon su relación con la intimidad. A pesar del avance del cáncer, Molly cumplió su sueño de ser autora con una autobiografía escrita en sus últimos días, un relato honesto sobre la enfermedad, el amor propio y la búsqueda de sentido en el dolor.
En sus momentos finales, encontró el amor que siempre anheló: “Ojalá pudiera terminar la historia del hospital con un hombre que me hizo sonrojar y me enamoró, pero mi visitante nunca llegó. Sin embargo, me doy cuenta de que estoy enamorada. Sí, estoy enamorada. De mí misma”.
La búsqueda del amor
Nikki Boyer, coproductora del podcast, reflexionó: “Para Molly, era más que algo físico. Hacia el final, creo que buscaba el amor”. Juntas exploraron temas como el perdón, la sanación y cómo aprovechar el tiempo restante. Las anécdotas de Molly con hombres, cargadas de ironía, incluían desde uno que le pidió una patada en los testículos hasta un doble de Ryan Reynolds y otro que quería ser tratado como perro.
“Dying for Sex” en la pantalla
La historia de Molly inspiró la serie Dying for Sex, protagonizada por Michelle Williams, que se estrenó el 4 de abril en Disney+. Williams confesó a The Guardian que el podcast la conmovió profundamente: “No soy de las que lloran. Soy insensible, tengo experiencia, soy astuta. Se necesita mucho para impactarme”. Sin embargo, al conectar con el sufrimiento de Molly, pensó: “Vale, estoy jodida. Sea lo que sea, ya estoy emocionalmente involucrada”. La serie promete capturar la esencia de una mujer que, enfrentándose a la muerte, eligió vivir sin restricciones.