Detienen a exmagistrada de Guerrero por obstrucción en el caso Ayotzinapa
La detención, confirmada por el Gabinete de Seguridad, se deriva de la desaparición de grabaciones de las cámaras de seguridad 12 y 15 del Palacio de Justicia de Iguala
Guerrero.- Lambertina Galeana Marín, de 79 años, exmagistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Guerrero en 2014, fue detenida este martes en Chilpancingo por su presunta implicación en la destrucción de evidencia clave en el caso de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. La orden de aprehensión, ejecutada por autoridades federales, la señala por los delitos de desaparición forzada de personas y obstrucción a la administración de justicia.
La detención, confirmada por el Gabinete de Seguridad, se deriva de la desaparición de grabaciones de las cámaras de seguridad 12 y 15 del Palacio de Justicia de Iguala, donde ocurrieron los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014. Estas grabaciones eran cruciales para esclarecer los eventos que culminaron en la desaparición de los normalistas, un caso que ha marcado un punto de inflexión en la crisis de derechos humanos en México. Galeana Marín, como presidenta del TSJ en ese momento, tenía bajo su supervisión a Javier Uribe Iturbe, del área de informática, y a Luis Europa Solís Jiménez, técnico en mantenimiento del TSJ en Iguala, lo que la vincula directamente con la cadena de custodia de las grabaciones.
Tras labores de inteligencia en Chilpancingo, agentes de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la Fiscalía General de la República (FGR), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Marina (Semar) y la Guardia Nacional (GN) localizaron a Galeana Marín en un domicilio en la colonia Ruffo Figueroa. Un juez de control autorizó el cateo del inmueble tras la presentación de pruebas recabadas por las autoridades. La exfuncionaria fue informada de sus derechos y trasladada para enfrentar a la autoridad judicial que determinará su situación jurídica.
La detención de Galeana Marín reaviva el escrutinio sobre la presunta complicidad de autoridades locales y estatales en el caso Ayotzinapa, un episodio que ha expuesto la colusión entre instituciones y el crimen organizado. La desaparición de las grabaciones del Palacio de Justicia ha sido un obstáculo persistente para las investigaciones, alimentando la percepción de encubrimiento. Informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) han señalado reiteradamente irregularidades en la gestión de evidencia durante los primeros meses posteriores a los hechos de 2014.
Sin embargo, la detención plantea interrogantes. La edad avanzada de Galeana Marín y el tiempo transcurrido desde los hechos podrían interpretarse como un intento de las autoridades por mostrar avances en un caso que sigue sin resolverse plenamente. Hasta la fecha, solo se han identificado los restos de tres estudiantes, y la verdad sobre el destino de los otros 40 permanece elusiva. La narrativa oficial, conocida como la "verdad histórica", fue desmentida por investigaciones independientes, lo que ha generado desconfianza en las instituciones.
La captura de Galeana Marín no debe leerse en aislamiento. Forma parte de una serie de detenciones de exfuncionarios relacionados con Ayotzinapa, pero el impacto real dependerá de si estas acciones conducen a esclarecer los hechos o si, por el contrario, se convierten en un gesto simbólico para aplacar la presión social. Organizaciones de derechos humanos y los familiares de los estudiantes han exigido que las investigaciones alcancen a los niveles más altos de responsabilidad, incluyendo posibles vínculos con autoridades federales y militares.
Lambertina Galeana Marín enfrenta ahora un proceso judicial que pondrá a prueba la capacidad del sistema para esclarecer un caso emblemático. Mientras tanto, la sociedad mexicana y la comunidad internacional observan con escepticismo, aguardando respuestas que, más de una década después, siguen sin llegar.