Deuda histórica en 2026: ¿Hacia un abismo financiero o un cálculo estratégico?
Héctor Saúl Téllez denuncia que la propuesta elevaría la deuda pública a 20.3 billones de pesos, duplicando la cifra de 2018
CDMX.- En el pleno de San Lázaro, el diputado panista Héctor Saúl Téllez no dejó lugar a dudas: la Ley de Ingresos 2026, propuesta por el gobierno de Claudia Sheinbaum, lleva a México a un nivel de endeudamiento sin precedentes. Con un tono crítico, Téllez advirtió que su bancada votará en contra del techo de endeudamiento, que asciende a 1.8 billones de pesos, y que elevaría la deuda pública a 20.3 billones para el próximo año.
Para contextualizar, en 2018, la deuda era de 10.5 billones de pesos. Es decir, en apenas siete años, el gobierno de la llamada “Cuarta Transformación” habrá duplicado la carga financiera del país. Pero no solo eso: Téllez señaló que el pago de intereses de la deuda alcanzará 1.6 billones de pesos en 2026, casi el mismo monto que se pretende contraer en nueva deuda. Esto plantea una pregunta incómoda: ¿se está utilizando el endeudamiento para cubrir los intereses de deudas previas, en lugar de financiar proyectos productivos?
El argumento del PAN no es nuevo. Desde hace años, la oposición ha criticado el aumento exponencial de la deuda pública bajo los gobiernos de López Obrador y Sheinbaum, argumentando que no se traduce en crecimiento económico ni en mejoras tangibles para la población. Sin embargo, el gobierno defiende estas cifras como necesarias para sostener programas sociales y proyectos de infraestructura, como el Tren Maya o la refinería de Dos Bocas, aunque su rentabilidad y sostenibilidad siguen en duda.
Lo que añade un tinte de ironía a esta discusión es la reciente revelación de Mexicanos Contra la Corrupción, que denunció que México ha triplicado el envío de combustible subsidiado a Cuba en los últimos cuatro meses, con un costo de más de 3,000 millones de dólares. ¿Es posible que parte de esta deuda se esté destinando a financiar gestos geopolíticos, en lugar de atender las necesidades internas? La pregunta no es trivial, especialmente cuando el país enfrenta retos como la subestimación del precio del petróleo en los ingresos proyectados, según lo señaló el mismo Téllez.
El panorama no es alentador. Si bien el endeudamiento puede ser una herramienta legítima para financiar el desarrollo, su uso indiscriminado, sin una estrategia clara de crecimiento económico, podría llevar a México a un escenario de insostenibilidad fiscal. La oposición tiene razón al alertar, pero también es cierto que, con la mayoría de Morena en el Congreso, la aprobación de esta ley parece un trámite. La verdadera pregunta es si, en 2026, los mexicanos estarán pagando una deuda histórica por decisiones estratégicas o por un cálculo político que privilegia el corto plazo.