Doble moral en la 4T: Luisa María Alcalde y Morena abrazan la ‘Ley Espía’ que antes condenaban
Hoy, como líder de Morena, Alcalde guarda un silencio ensordecedor sobre estas críticas pasadas mientras su partido impulsa una versión aún más intrusiva de aquellas leyes.
CDMX.— En un viraje que destapa el oportunismo político de la Cuarta Transformación, Morena y sus aliados en el Congreso han aprobado reformas que, según críticos, convierten a México en un “Estado Espía”. Estas modificaciones, que permiten a las autoridades geolocalizar ciudadanos sin orden judicial y recolectar datos personales mediante una CURP biométrica, son las mismas que la izquierda, en su etapa de oposición, denunciaba como atentados contra la privacidad. Hoy, en el poder, figuras como Luisa María Alcalde, presidenta nacional de Morena, defienden estas medidas que alguna vez —siendo diputada de Movimiento Ciudadano—, rechazó con vehemencia, evidenciando una doble moral que pone en entredicho la coherencia ideológica del movimiento.
Luisa María Alcalde: De crítica a defensora de la vigilancia estatal
En 2014, cuando era diputada por Movimiento Ciudadano, Luisa María Alcalde alzaba la voz contra la Ley de Telecomunicaciones impulsada por el gobierno de Enrique Peña Nieto. En un video que ha resurgido en redes sociales, Alcalde advertía con indignación: “¿En qué país existen leyes en materia de telecomunicaciones con técnicas de investigación aún más intrusivas que la propia ley penal? Solo en México”. Criticaba la geolocalización en tiempo real, el almacenamiento de datos personales y el bloqueo de señales sin supervisión judicial, calificándolas como violaciones flagrantes a la privacidad. Sus palabras resonaban con una izquierda que se presentaba como baluarte de las libertades individuales frente a un Estado autoritario.
Hoy, como líder de Morena, Alcalde guarda un silencio ensordecedor sobre estas críticas pasadas mientras su partido impulsa una versión aún más intrusiva de aquellas leyes. Las reformas aprobadas en 2025 no solo reviven el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil, sino que lo refuerzan con la obligatoriedad de una CURP biométrica para trámites cotidianos, desde contratar una línea telefónica hasta viajar en transporte público. El artículo 83 de la Ley de Telecomunicaciones permite ahora a las autoridades acceder a la geolocalización en tiempo real sin necesidad de una orden judicial, mientras que el artículo 12 de la Ley del Sistema Nacional de Inteligencia otorga acceso a datos personales, fiscales, vehiculares y bancarios con una facilidad que la oposición califica de “peligrosa”.
Alcalde, quien alguna vez llamó a estas medidas “autoritarismo puro”, ahora las respalda implícitamente al defender las políticas de la 4T. En recientes declaraciones, ha justificado iniciativas como la Ley Guardia Nacional, argumentando que otorgan “estabilidad” a las estrategias de seguridad, sin mencionar los riesgos que ella misma denunciaba hace una década. Esta contradicción ha sido señalada en redes sociales, donde usuarios como @DeniseDresserG y @CesarDamianR han cuestionado: “Oye, Luisa, ¿qué pasó con tus principios? Antes llamabas censura a esto, ¿ahora cómo le llamas?”.
La oposición y la sociedad alzan la voz
La oposición, liderada por PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, no ha tardado en denunciar esta hipocresía. Ricardo Anaya, coordinador del PAN en el Senado, advirtió: “El gobierno espía va a saber todo de todos. Esto es el fin de la privacidad en México”. Por su parte, Patricia Mercado de Movimiento Ciudadano señaló que estas reformas violan derechos fundamentales y anticipó que la Suprema Corte podría declararlas inconstitucionales, como ha hecho con disposiciones similares en el pasado. Organizaciones como R3D han alertado sobre el peligro de un sistema de vigilancia masiva, especialmente bajo el control de la Guardia Nacional, ahora subordinada a la Sedena.
En redes sociales, la indignación crece. Usuarios han recordado no solo las palabras de Alcalde, sino también las de otros morenistas que, como ella, criticaban la militarización y el espionaje en el pasado. “En 2014, Luisa advertía contra la Ley Telecom; en 2017, Damián Alcázar decía que el ejército no debía estar en las calles. Hoy aplauden lo que antes condenaban”, escribió @EIJefeDiego, resumiendo el sentir de muchos.
Un gobierno que olvida sus promesas
El argumento oficialista, encabezado por figuras como Manuel Huerta y respaldado por Alcalde, es que estas reformas son necesarias para combatir la inseguridad y modernizar el registro civil. Sin embargo, la falta de claridad sobre cómo se protegerán los datos de millones de mexicanos genera escepticismo. La Agencia de Transformación Digital, encargada de operar estas plataformas, no ha presentado un plan robusto para garantizar la seguridad de la información, lo que alimenta temores de que estas leyes puedan usarse para fines políticos o de control social.
La transformación de Luisa María Alcalde, de defensora de la privacidad a líder de un partido que impulsa un “Estado Espía”, es un símbolo de la metamorfosis de Morena. Lo que alguna vez fue un movimiento que prometía romper con las prácticas del pasado hoy parece abrazarlas con entusiasmo, traicionando no solo sus discursos, sino la confianza de quienes creyeron en su lucha. La pregunta que resuena es clara: ¿es este el precio del poder, o simplemente la revelación de una izquierda que nunca fue lo que dijo ser?
El debate apenas comienza, y la sociedad espera respuestas. Mientras tanto, la Corte será, una vez más, el último bastión para frenar lo que muchos ven como un retroceso democrático. Pero una cosa es segura: la Luisa María Alcalde de 2014 no reconocería a la de 2025.