'Dunkin' y el 'bronceado genético': Cuando la nostalgia vende, pero la crítica progresista no
Dunkin' apuesta por el verano, la polémica y Gavin Casalegno, mientras el progresismo llora en un rincón. ¿Marketing o retroceso? Usted decide
EU.- En un giro que ya parece una tendencia entre las marcas que buscan recuperar su público tradicional, Dunkin' (antes Dunkin' Donuts, porque sí, los donuts siguen existiendo, aunque ahora son un accesorio) ha lanzado un anuncio que huele a verano, piscina y bronceado "genético". Sí, han leído bien: "genético". Y no, no es una broma de biología molecular, sino una estrategia de marketing que, según los críticos progresistas, roza lo ofensivo. Pero vayamos por partes.
El anuncio en cuestión, protagonizado por Gavin Casalegno, el galán de "The Summer I Turned Pretty", es un festín de clichés: un joven atractivo, una piscina, un refresco de Dunkin' y un guiño a ese "bronceado genético" que, según el spot, es parte de su encanto natural. El problema, según los progres, es que esto suena a eugenesia light, a un regreso a los ideales de belleza tradicionales que tanto esfuerzo ha costado cuestionar. Y claro, internet no ha tardado en estallar en críticas, porque en 2025, hasta un anuncio de refrescos puede ser un campo de batalla cultural.
Pero aquí viene lo interesante: Dunkin' no está solo en esta cruzada nostálgica. American Eagle, por ejemplo, ya lo intentó con Sydney Sweeney y su campaña "Sydney Sweeney has great jeans", que también fue acusada de retroceso "woke". Y no olvidemos a Bud Light, que tras su fiasco con Dylan Mulvaney, parece haber decidido que el progresismo no vende tanto como un par de jeans ajustados o un refresco con hielo. Incluso marcas como Nike y Disney han dado pasos atrás en sus estrategias de diversidad, optando por un retorno a lo "seguro" y "clásico".
¿Y qué dicen los números? Pues que, al menos para Dunkin', la apuesta parece funcionar. El anuncio ha generado conversación, y no solo entre los críticos. La nostalgia vende, y en un mundo saturado de mensajes políticamente correctos, un poco de sarcasmo y atractivo físico puede ser un respiro para muchos consumidores. Claro, eso no quita que la crítica sea válida: ¿realmente necesitamos celebrar el "bronceado genético" en 2025? ¿No podríamos, ya saben, simplemente disfrutar de un buen café sin meter-nos en debates sobre eugenesia?
En resumen, Dunkin' ha decidido que, si el progresismo no llena las arcas, tal vez lo haga un poco de sol, playa y polémica. Y mientras tanto, el resto de nosotros seguimos preguntándonos si estamos ante un renacimiento de la publicidad tradicional o simplemente ante otro capítulo de la guerra cultural que nunca termina. Pasen el refresco, por favor.