EE.UU. reporta 1,100 casos de sarampión en 2025; Kennedy Jr. señala que México enfrenta una crisis más grave
El sarampión, declarado eliminado en EE.UU. en 2000, resurgió en 2024 con 285 casos y 16 brotes, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
EU.- En una audiencia ante la Cámara de Representantes, el secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., defendió la respuesta de las agencias sanitarias al brote de sarampión que acumula 1,100 casos en 31 estados en lo que va de 2025, con tres muertes, incluyendo dos menores no vacunados en Texas. Sin embargo, sus declaraciones y comparaciones internacionales, junto con su historial de escepticismo hacia las vacunas, han generado críticas y dudas sobre la estrategia del gobierno.
El sarampión, declarado eliminado en EE.UU. en 2000, resurgió en 2024 con 285 casos y 16 brotes, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). En 2025, el número de casos se ha disparado a 1,100, con 14 brotes, el 93% de los cuales están ligados a infecciones grupales, especialmente en comunidades con bajas tasas de vacunación. Los datos del CDC confirman que el 90% de los casos involucran a personas no vacunadas o con estado de vacunación desconocido, un punto que Kennedy Jr. evitó abordar directamente.
El secretario comparó la situación de EE.UU. con México, afirmando que ambos países tienen cifras similares (1,100 casos), pero que México, con un tercio de la población estadounidense, registró 300 casos adicionales la semana pasada. Sin embargo, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), México reportó 1,050 casos confirmados hasta abril de 2025, con un aumento de 250 casos en las últimas dos semanas, no 300 en una semana, lo que sugiere una imprecisión en las cifras citadas por Kennedy Jr. Además, la OPS señala que México enfrenta desafíos en la cobertura de vacunación en zonas rurales, un contexto diferente al de EE.UU., donde el rechazo a las vacunas por motivos religiosos o filosóficos ha sido un factor clave.
Kennedy Jr. también mencionó que Canadá tiene 1,500 casos y Europa Occidental 6,000, presentándolos como evidencia de un mejor manejo en EE.UU. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Europa reportó 5,800 casos en 2024, principalmente en países con problemas de suministro o rechazo a vacunas, pero los datos de 2025 aún no están consolidados. Por su parte, Salud Canadá confirmó 1,450 casos hasta abril de 2025, un número elevado para su población de 40 millones, pero proporcionalmente similar a EE.UU. Estas comparaciones, aunque basadas en datos reales, omiten matices como las diferencias en sistemas de salud y políticas de vacunación.
Gestión cuestionada y recortes presupuestales
La audiencia también abordó los recortes propuestos por la administración Trump a la investigación médica y al presupuesto del CDC, que en 2024 ya enfrentó una reducción del 10% en fondos para programas de inmunización. Kennedy Jr. defendió estas medidas, argumentando que las agencias han manejado el brote de manera eficiente pese a las limitaciones. Sin embargo, la dimisión en marzo de Peter Marks, exjefe de vacunas de la FDA, quien calificó la postura de Kennedy Jr. como “irresponsable”, subraya las tensiones internas. Marks señaló que la retórica ambigua del secretario sobre las vacunas ha desincentivado la inmunización, un riesgo en un país donde la cobertura de la vacuna contra el sarampión (MMR) cayó al 90% en 2024, por debajo del 95% recomendado por la OMS.
El polémico historial de Kennedy Jr.
Kennedy Jr., conocido por promover teorías cuestionadas sobre las vacunas, evadió preguntas sobre si vacunaría a sus hijos y recomendó medicina alternativa durante el brote, contradiciendo las guías del CDC. Aunque negó ser antivacunas en su confirmación ante el Senado, su historial como líder de Children’s Health Defense, una organización que cuestiona la seguridad de las vacunas, alimenta el escepticismo. En la audiencia, la representante demócrata Rosa DeLauro criticó su enfoque, calificándolo de “peligroso” en un contexto de creciente desinformación.
La gestión del brote por parte de EE.UU. refleja una paradoja: un sistema de salud avanzado, pero debilitado por recortes presupuestales y polarización sobre las vacunas. Las comparaciones internacionales de Kennedy Jr. buscan minimizar la gravedad del problema, pero ignoran factores estructurales como la desigualdad en el acceso a la salud en México o las políticas de inmunización más estrictas en partes de Europa. Su renuencia a promover claramente la vacunación, junto con los recortes al CDC, podría exacerbar la crisis, especialmente en comunidades vulnerables. La OMS advierte que el sarampión, altamente contagioso, requiere una acción coordinada y mensajes claros, algo que la actual administración parece no priorizar.
En resumen, mientras EE.UU. enfrenta un brote significativo de sarampión, las declaraciones de Kennedy Jr. revelan una estrategia defensiva que subestima los riesgos internos y desvía la atención hacia otros países. La falta de un mensaje pro-vacunas claro y los recortes a la infraestructura sanitaria podrían prolongar esta crisis evitable.