El Alcalde y su Rolex: ¿Niños generosos o cuento chino?
¿Acaso estos niños montaron un puesto de limonada con esteroides o qué? Porque con ese dineral, mejor hubieran invertido en uniformes escolares o en no sé, ¿educación?
Querétaro.- Ah, qué tierno. Alejo Sánchez, el alcalde de Tolimán, Querétaro, fue pillado luciendo un Rolex que, según él, le regalaron unos niños de primaria. Sí, claro, porque nada dice "gracias por tu servicio público" como un reloj de 400,000 pesos (unos 20,000 dólares, por si las moscas). ¿Acaso estos niños montaron un puesto de limonada con esteroides o qué? Porque con ese dineral, mejor hubieran invertido en uniformes escolares o en no sé, ¿educación?
Pero esperen, no nos desviemos. Esto no es solo una anécdota graciosa; es un capítulo más en el manual de "Cómo Ser Funcionario Público en México y Salirte con la Tuya". Porque, claro, aceptar un regalo tan valioso no solo es una violación a la Ley General de Responsabilidades Administrativas (que, por cierto, prohíbe recibir obsequios relacionados con el trabajo), sino también un insulto a la inteligencia colectiva. ¿Niños de primaria? ¿En serio? ¿O acaso son niños con conexiones narco que andan regalando relojes de lujo como si fueran dulces?
Y no olvidemos el contexto. Mientras Sánchez presume su nuevo juguete, México sigue siendo el país donde matan a alcaldes como si fuera un deporte nacional. Lilia Gema García Soto, otra alcaldesa, fue asesinada a balazos recientemente. ¿Y qué hace Sánchez? Posar con un Rolex y soltar la excusa más ridícula desde que López Obrador dijo que sus millones venían de "aportaciones del pueblo". Porque, obvio, los niños de primaria en México tienen tanto dinero que pueden permitirse regalar relojes de marca a funcionarios públicos. ¡Qué nivel de generosidad!
Ah, y por si acaso se lo estaban preguntando, Alejo Sánchez pertenece al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), ese mismo que ha sido sinónimo de oportunismo político y alianzas cuestionables desde tiempos inmemoriales. Porque, claro, ¿qué mejor partido para lucir un Rolex regalado por niños que uno con tanta tradición en justificar lo injustificable?
En fin, señores, aquí tenemos otro caso de corrupción disfrazada de inocencia. Porque, al final del día, no son los niños los que regalan Rolex, sino la impunidad y la falta de responsabilidad. Y mientras tanto, nosotros, los mortales, seguimos pagando impuestos y preguntándonos cómo diablos es posible que un alcalde gane 100,000 pesos al mes (antes de impuestos, por supuesto) y ande luciendo un reloj que cuesta más que el salario anual de muchos mexicanos. ¡Bravo, Alejo! ¡Bravo!