El cetro de Miss Universo, manchado por ductos de gas y favores en Pemex
Raúl Rocha Cantú, propietario de Miss Universo desde 2024, recibió en 2023 dos contratos de Pemex por 1,940 mdp a través de Soluciones Gasíferas del Sur
CDMX.- En medio del júbilo por la coronación de Fátima Bosch como Miss Universo 2025 en Bangkok, un viejo contrato de Pemex emerge como una grieta en el glamour: Raúl Rocha Cantú, presidente de la organización desde enero de 2024, vio cómo su empresa Soluciones Gasíferas del Sur embolsaba 1,195 millones de pesos en enero de 2023, seguidos de otros 745 millones en febrero, ambos adjudicados por la subsidiaria Exploración y Producción (PEP). Lo que huele a coincidencia es que Bernardo Bosch, padre de la flamante reina y asesor en la Dirección General de PEP justo en esas fechas, orbitaba los pasillos donde se cocinaban esas licitaciones. Aunque Rocha jura que todo fue limpio —”un proceso competitivo con 15 empresas”, dice en su defensa ante Adela Micha—, el timing invita a escudriñar: ¿puro azar o un enredo de influencias en la petrolera más endeudada del mundo?
El escándalo no nace de la nada. Pemex, bajo el gobierno de Morena, ha sido un pozo de irregularidades desde 2018, con contratos opacos que suman miles de millones y auditorías que pillan sobreprecios del 40% en promedio, según la ASF. Aquí, el lazo familiar entre los Bosch y los negocios de Rocha —quien niega conocer al padre de Fátima— revive ecos de huachicol fiscal y amiguismos, justo cuando la empresa estatal felicitó públicamente a la ganadora, avivando teorías de amaño. Un juez del concurso, Omar Harfouch, renunció alegando fraude, y Rocha admite que el ruido “duele” a la miss, pero evade el fondo: de los 745 millones, solo se ejecutaron 44, y Pemex aún debe pagar. ¿Casualidad en una licitación “estándar”? Las cifras gritan lo contrario.
Esta trama no solo empaña la corona de Fátima, sino que expone cómo el poder en México teje redes invisibles entre belleza, energía y política. Con Sheinbaum al frente desde hace un año, urge una investigación independiente: si Pemex sangra por deudas de 100 mil millones de dólares, no caben más ductos fantasmas. El público merece transparencia, no excusas envueltas en lentejuelas.



