El espejismo del empleo en 2025: Cifras récord, pero no todo brilla
En EE.UU., el 60% de los nuevos empleos son de naturaleza temporal o por contrato, según el Departamento de Trabajo, lo que limita la estabilidad y los beneficios para los trabajadores.
CDMX.- En el primer trimestre de 2025, la economía global ha mostrado señales de recuperación, con un aumento del 2.7% en la creación de empleo según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Estados Unidos reportó una tasa de desempleo del 3.8%, la más baja en dos años, mientras que la Unión Europea alcanzó un 6.1%, según Eurostat. En América Latina, países como México y Brasil registraron incrementos en el empleo formal del 3.2% y 2.9%, respectivamente, de acuerdo con datos del Banco Mundial. A primera vista, las cifras pintan un panorama optimista. Pero, ¿es realmente tan sólido el mercado laboral como sugieren los números?
Un análisis más profundo revela grietas. En EE.UU., el 60% de los nuevos empleos son de naturaleza temporal o por contrato, según el Departamento de Trabajo, lo que limita la estabilidad y los beneficios para los trabajadores. En Europa, la precariedad laboral sigue siendo un problema, el 14% de los empleos creados en 2024 fueron a tiempo parcial, muchos en sectores como la hostelería, con salarios que apenas superan el mínimo. En América Latina, aunque el empleo formal crece, la informalidad sigue afectando al 50% de la fuerza laboral, según la CEPAL, lo que perpetúa la vulnerabilidad económica.
El contexto global no ayuda. La inflación, aunque moderada (3.1% promedio en la OCDE), sigue erosionando el poder adquisitivo, especialmente en países en desarrollo. Además, la automatización y la inteligencia artificial están desplazando empleos en sectores como la manufactura y los servicios, con un estudio de McKinsey estimando que el 30% de los trabajos actuales podrían desaparecer para 2030. Esto plantea una pregunta crítica: ¿están los gobiernos y las empresas preparando a los trabajadores para esta transición?
No todo es sombrío. Sectores como las energías renovables y la tecnología verde están generando empleo a un ritmo del 5% anual, según la Agencia Internacional de Energía. Sin embargo, estos trabajos requieren habilidades especializadas que no todos los trabajadores poseen, lo que agrava la brecha educativa. Los datos son claros, pero la narrativa de un "boom laboral" es engañosa. La calidad del empleo, no solo la cantidad, debería ser el foco de la discusión.
En conclusión, las cifras de empleo de 2025 son un avance, pero no una victoria. Sin políticas que prioricen la estabilidad, la capacitación y la equidad, el espejismo de las estadísticas podría desvanecerse rápidamente. El desafío es claro, transformar los números en bienestar real para los trabajadores.