El lado oscuro de los influencers: ¿Un nuevo paraíso para el lavado de dinero del narco?
Autoridades en México y Colombia investigan a creadores de contenido por presuntos vínculos con cárteles
CDMX.- El crimen organizado ha encontrado en las redes sociales un terreno fértil para blanquear capitales ilícitos, y los influencers se han convertido en piezas clave de esta maquinaria. Según una investigación de El Universal publicada el 5 de octubre, el uso de sorteos, donaciones anónimas y el crecimiento meteórico de cuentas digitales con poca interacción real son algunos de los mecanismos que los cárteles emplean para ocultar el origen de sus fortunas, aprovechando la falta de controles efectivos en plataformas como TikTok, YouTube o Instagram.
El fenómeno no es nuevo, pero su escala sí preocupa. En septiembre, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ya investigaba a supuestos “narcoinfluencers”, mientras que en México y Colombia se han identificado casos donde creadores de contenido, algunos con vínculos documentados a grupos como “Los Chapitos”, acumulan riqueza sin una fuente clara. Ejemplos como el de Ricardo Hernández Medrano, alias “El Makabelico”, un “narco-rapero” cuyo canal en YouTube fue cerrado tras congelar el Tesoro de EE.UU. sus bienes por supuestos lazos con el Cártel del Noreste, ilustran cómo el entretenimiento digital se cruza con el crimen.
Expertos como Yuriria Rodríguez, doctora en Ciencias Penales, advierten que el lavado ha evolucionado: de financiar proyectos artísticos a inflar facturas de eventos o simular contratos de patrocinio con influencers. Rodrigo Álvarez, del Centro Nacional de Estudios sobre el Terrorismo, señala que la opacidad financiera de estos creadores facilita el movimiento de recursos, mientras las plataformas, a pesar de sus políticas, parecen rezagadas. Meta y YouTube aseguran colaborar con autoridades, pero la falta de un marco normativo internacional robusto deja brechas que el crimen explota con facilidad.
La pregunta clave es inescapable: ¿hasta qué punto las redes sociales, celebradas como espacios de creatividad, están alimentando una economía criminal? Mientras las autoridades capturan a algunos implicados en Colombia y México, la velocidad del dinero digital sigue superando los intentos de regulación. Sin medidas urgentes, este negocio sucio podría seguir creciendo a la sombra de un “like”.