El narco nos supera: La cruda confesión del gobierno de Sheinbaum que sacude a México
Gómez afirmó que México sigue siendo un destino atractivo para los inversionistas, a pesar de la violencia
Nuevo Vallarta, Nayarit.- Altagracia Gómez Sierra, coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización (CADERR) y asesora económica de la presidenta Claudia Sheinbaum, lanzó una declaración que resuena como un balde de agua fría, “Tardaremos en salir del problema de la inseguridad”. Sus palabras, pronunciadas en el marco de la 88ª Convención Bancaria, reflejan una realidad que los mexicanos conocen demasiado bien, pero que choca con el optimismo oficialista. Aunque Gómez insiste en que México sigue siendo atractivo para la inversión extranjera, su reconocimiento de la persistente violencia pone en tela de juicio la efectividad de las estrategias actuales y plantea preguntas incómodas sobre el rumbo del país.
Un diagnóstico crudo, pero ¿dónde está la solución?
La inseguridad en México no es un problema nuevo. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el tercer trimestre de 2024, el 61.5% de la población mayor de 18 años consideró que vivir en su ciudad es inseguro. Estados como Guanajuato, Michoacán y Baja California concentran la mitad de los homicidios dolosos del país, mientras que el 77.6% de los mexicanos se siente vulnerable en espacios públicos como cajeros automáticos. Estos números no son solo estadísticas; son el reflejo de un país donde el miedo es parte de la vida cotidiana.
Gómez, una empresaria de 32 años con un historial de éxito en sectores como el agroalimentario y la logística, no ofreció un plazo concreto ni un plan detallado para revertir esta crisis. Su comentario, aunque honesto, deja un vacío. ¿Cuánto es “un tiempo”? ¿Qué medidas específicas está impulsando el gobierno de Sheinbaum para abordar la violencia que ahuyenta a inversionistas y limita el desarrollo? La asesora se limitó a destacar que el Plan México, una estrategia de desarrollo económico, está avanzando en metas como la creación de corredores industriales y polos de desarrollo. Sin embargo, estos proyectos, enfocados en el nearshoring y la atracción de capital extranjero, parecen desconectados de la urgencia de pacificar el país.
El espejismo de la inversión extranjera
Gómez afirmó que México sigue siendo un destino atractivo para los inversionistas, a pesar de la violencia. No es una mentira absoluta, en 2024, México captó el 3% de la inversión extranjera directa global, según Scotiabank, y el nearshoring ha impulsado sectores como la manufactura. Pero este optimismo tiene grietas. Empresas internacionales han expresado preocupación por la inseguridad, especialmente en regiones clave como el Bajío y el norte, donde cárteles y grupos delictivos operan con impunidad. Un informe del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal señala que México alberga cinco de las ciudades más violentas del mundo. ¿Cómo convencer a una multinacional de instalar una planta en un lugar donde sus empleados temen por su vida?
La asesora también evitó mencionar el impacto de la inseguridad en las pequeñas y medianas empresas (Pymes), que representan el 99% de las unidades económicas del país, pero tienen una esperanza de vida de apenas dos años, según sus propias declaraciones previas. Sin seguridad, las Pymes no solo enfrentan extorsión y robos, sino también la imposibilidad de integrarse a las cadenas de suministro globales que el gobierno tanto promociona.
Contexto político: Entre la austeridad y las críticas
La figura de Altagracia Gómez no está exenta de controversia. Hija de un exsenador priista y nieta del fundador de Grupo Minsa, su riqueza proviene de privatizaciones y rescates bancarios de los años 90, un pasado que choca con el discurso de austeridad de la 4T. Su papel honorífico en el gobierno, sin salario, ha sido defendido por Sheinbaum, quien la describe como una “mujer muy inteligente” que aporta su experiencia de forma desinteresada. Sin embargo, las críticas en redes sociales, que van desde su vestimenta de diseñador hasta su falta de experiencia en seguridad pública, reflejan una percepción de desconexión con las preocupaciones de la ciudadanía.
¿Qué sigue para México?
El reconocimiento de Gómez sobre la inseguridad es un paso hacia la honestidad, pero no basta. La administración de Sheinbaum, que lleva apenas meses, enfrenta el desafío de traducir sus ambiciosos planes económicos en bienestar tangible. La Guardia Nacional, criticada por su falta de claridad operativa, y las estrategias de “abrazos, no balazos” no han logrado reducir la violencia. Mientras tanto, la revisión del T-MEC en 2026 y la relación con el gobierno de Donald Trump añaden presión externa. Gómez ha minimizado los riesgos de un cambio en la Casa Blanca, argumentando que la integración económica de América del Norte es “irreversible”. Pero sin seguridad interna, México podría perder la oportunidad de consolidarse como líder regional.
En conclusión, las palabras de Altagracia Gómez son un recordatorio de que la inseguridad no se resolverá con discursos ni promesas de inversión. México necesita acciones concretas, fortalecer el Estado de derecho, profesionalizar las fuerzas de seguridad y atacar las raíces socioeconómicas de la violencia. De lo contrario, el país seguirá atrapado en un ciclo donde el potencial económico convive con el miedo. La pregunta no es si México es atractivo para invertir, sino si puede garantizar un futuro donde sus ciudadanos vivan sin temor. Por ahora, la respuesta sigue en el aire.