El ocaso de la privacidad: Cómo los gigantes tecnológicos dominan tu vida digital
Según un informe de la EFF de 2024, el 98% de las aplicaciones móviles recopilan datos personales sin consentimiento explícito.
CDMX.- En un mundo hiperconectado, la privacidad se ha convertido en una reliquia. Los gigantes tecnológicos —Google, Meta, Amazon y otros— han tejido una red invisible que captura cada clic, búsqueda y conversación. Según un informe de la Electronic Frontier Foundation (EFF) de 2024, el 98% de las aplicaciones móviles recopilan datos personales sin consentimiento explícito, mientras que el mercado global de datos, valorado en 435 mil millones de dólares, crece a un ritmo del 12% anual, de acuerdo con Statista.
Tomemos a Meta, por ejemplo. Tras el escándalo de Cambridge Analytica en 2018, prometió reformas, pero un reporte de la Comisión Federal de Comercio (FTC) de 2023 reveló que la empresa sigue vendiendo datos de usuarios a terceros, amparada en lagunas legales. Google, por su parte, enfrenta una multa de 5 mil millones de euros en la Unión Europea por violar el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), aunque sus ingresos de 307 mil millones de dólares en 2024 sugieren que estas sanciones son poco más que un rasguño.
El contexto es alarmante. La inteligencia artificial, alimentada por estos datos, no solo predice comportamientos, sino que los manipula. Un estudio de la Universidad de Cambridge (2024) demostró que los algoritmos de redes sociales pueden influir en decisiones de voto con una precisión del 85%. Mientras tanto, gobiernos y empresas colaboran en sistemas de vigilancia masiva. China lidera con su sistema de crédito social, pero Occidente no se queda atrás, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE.UU. sigue interceptando datos globales, según filtraciones de Edward Snowden confirmadas en 2023.
Los usuarios, atrapados en la conveniencia de servicios gratuitos, son cómplices involuntarios. Cada "aceptar" en los términos de servicio es un cheque firmado en blanco. La solución —leyes más estrictas, boicots o tecnología descentralizada— parece lejana cuando el poder de estas corporaciones rivaliza con el de los estados. La pregunta es: ¿hasta dónde estás dispuesto a ceder tu libertad por un like?