¡El pan sube y el plato queda a medias: La crisis silenciosa en las mesas mexicanas!
Los hogares optan por porciones más pequeñas, redefiniendo hábitos en un mercado que enfrenta presiones económicas
CDMX.- El precio del pan en México ha escalado un 8% en el último año, según datos de NielsenIQ, mientras el consumo se desploma un 5%. La nueva realidad: porciones más pequeñas, preferencia por bollillos y conchas, y un cambio de hábitos que refleja más que una simple alza de precios. Detrás de esta tendencia están el encarecimiento de insumos como harina y mantequilla —con alzas de hasta 25% en el mercado global— y una creciente búsqueda de opciones “saludables”, aunque el dato sugiere que la razón principal es el bolsillo, no la dieta.
Desde 2022, la industria panadera mexicana, que depende en un 70% del trigo importado de Estados Unidos, ha enfrentado presiones inflacionarias que ya superaron el 8% anual en algunos periodos. Grupos como Bimbo han ajustado precios repetidamente, y ahora los hogares, especialmente los de menores ingresos, recortan el pan de su mesa, un alimento culturalmente arraigado. Aunque México consume más pan per cápita que Argentina o Chile, el hábito se tambalea: el 26% lo compra por placer, el 23% por sabor, y un 14% por costumbre que empieza a costar caro.
¿Es esto un ajuste pasajero o el inicio de una redefinición alimentaria forzada? Las respuestas están en las panaderías vacías y en los datos: el mercado de pan, valuado en 10.85 mil millones de dólares en 2024, podría resentirlo si la inflación no cede. Mientras, el gobierno guarda silencio, y los consumidores cortan rebanadas más delgadas.



