El perro que se autopromocionó para un Uber canino: ¡Sube, que te llevo a casa!
Ocurrió en un cruce de calles; el motociclista no reaccionó al inesperado pasajero canino
Viral.- Imagina que estás en un semáforo, aburrido, esperando que el rojo se ponga verde, y de repente un perro decide que su próxima aventura es subirse a la moto de un completo desconocido. No, no es una escena de una película de acción canina, sino lo que sucedió en un cruce de calles que ahora es trending topic en X (antes Twitter).
En el video, un perrito callejero, con más confianza que un turista en un buffet libre, se acerca a un motociclista que está detenido en el semáforo. Primero, el canino hace lo que cualquier ser vivo sensato haría en un semáforo: olfatea, mira a su alrededor, y quizá piensa: “Bueno, aquí no hay nada interesante, ¿y si me uno a este tipo?”. Y sin invitación formal, salta a los hombros del motociclista como si fuera su chofer personal.
Lo mejor de todo es que el motociclista, en lugar de sorprenderse o asustarse, parece que ya había visto este truco antes. Ni un respingo, ni un grito, ni un “¡Ey, perro, bájate!”. Simplemente, el perro se acomoda como si fuera su asiento favorito en el mundo, y cuando el semáforo cambia, ambos se largan como si nada, dejando a los conductores y peatones con la boca abierta.
Claro, algunos dirán que el perro ya era del motociclista y que solo se bajó a hacer pipí (porque, admitámoslo, los semáforos son el baño público de los perros callejeros). Otros jurarán que fue un golpe de suerte canina, un momento de conexión entre especies que merece un Oscar a la espontaneidad. Pero lo cierto es que este video no solo se volvió viral, sino que nos dejó una lección: en la vida, a veces hay que subirse a la moto del destino, aunque no te hayan invitado.
Y tú, ¿te subirías a una moto con un perro en los hombros? Porque, al parecer, para este canino, el mundo es su Uber, y el semáforo, su parada de autobús. ¡Ah, la vida en las calles!