El 'Príncipe' de Morena que no quiere ser fotografiado: Otro capítulo en la austeridad selectiva
Andrés Manuel López Beltrán, secretario de Organización de Morena, ordenó al personal de Aeroméxico impedir que pasajeros lo grabaran o fotografiaran durante un vuelo Cancún-CDMX
Cancún.- En un vuelo comercial de Aeroméxico que despegaba de Cancún rumbo a la Ciudad de México el pasado viernes, Andrés Manuel López Beltrán —conocido por los cuates como ‘Andy’, hijo del expresidente AMLO y actual secretario de Organización de Morena— protagonizó un episodio que huele a contradicción flagrante con el discurso de austeridad que tanto defiende su partido. Según una exclusiva de Bajo Reserva en El Universal, el equipo de López Beltrán dio instrucciones precisas al personal de la aerolínea para que impidieran que pasajeros tomaran fotos o videos de él. Un aficionado que osó intentarlo terminó recibiendo un regaño de un sobrecargo, todo a petición expresa de su séquito. No era un jet privado ni un yate de lujo, pero el afán por blindar su imagen en clase económica revela las grietas en la fachada de la 4T.
Este ‘berrinche’ aéreo llega en un momento delicado para López Beltrán, quien tras años de escándalos por derroche ha intentado reinventarse como operador territorial de Morena, evaluando estrategias en el sureste mexicano. Sin embargo, el incidente no hace más que amplificar las sospechas de nepotismo. El problema no es que viaje en clase económica (eso, en teoría, es lo que la 4T siempre presumió como virtud: “ya no hay aviones privados, ya no hay primera clase”).
El problema es exactamente el contrario:
Viaja en económica → bien, cumple con la narrativa de austeridad.
Pero cuando alguien intenta fotografiarlo para demostrar que “sí viaja como el pueblo”, su equipo prohíbe que lo graben o retraten.
Ahí está la contradicción brutal: quiere el beneficio simbólico de ser visto en económica (cuando le conviene), pero no quiere ser visto en económica cuando no le conviene. Es decir, exige el privilegio de la invisibilidad dentro de la supuesta humildad. En resumen: viaja como pueblo… pero que nadie lo vea viajando como pueblo, eso sin contar la pregunta que muchos se hacen ¿por qué un funcionario público, hijo del fundador del movimiento, necesita escolta para un vuelo rutinario? Es un recordatorio de cómo el poder heredado choca con la promesa de igualdad que Morena pregona desde 2018. Esa es la hipocresía que pega.
No es la primera vez que Andy López Beltrán se ve envuelto en polémicas que cuestionan su alineación con los principios de la Cuarta Transformación. En julio pasado, fotos filtradas lo mostraron desayunando en el exclusivo hotel The Okura de Tokio y paseando por la boutique de Prada en Aoyama, epicentro de lujos japoneses. Poco después, se reveló que había adquirido una escultura de la artista Yayoi Kusama por 30 mil dólares —más de 600 mil pesos al cambio actual—, un capricho que Latinus destapó y que generó oleadas de críticas en redes y medios. Estos episodios, sumados al de Cancún, pintan un patrón: la austeridad es para el pueblo, pero no para los ‘intocables’ del círculo íntimo.
En un México donde la desigualdad sigue siendo el talón de Aquiles político, este tipo de anécdotas no solo erosionan la credibilidad de Morena de cara a las elecciones intermedias, sino que invitan a reflexionar sobre el legado de AMLO: ¿se transforma la patria o solo se perpetúan privilegios bajo nueva retórica? Mientras López Beltrán se esconde de las cámaras, el debate sobre rendición de cuentas en la élite morenista apenas comienza.



