El ridículo en San Lázaro: Diputadas de Morena se pelean por un lugar junto a Harfuch y Monreal les pone apodo
Monreal las apoda "Batichicas" tras el incidente en San Lázaro
CDMX.- En un episodio que bordea lo bochornoso, dos diputadas de Morena, Gabriela Jiménez y Jessica Saiden, protagonizaron un forcejeo público durante una conferencia de prensa en la Cámara de Diputados, todo por aparecer junto al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch. El coordinador de la bancada morenista, Ricardo Monreal, intentó mediar la situación, pero lejos de apagar el fuego, terminó bautizando a las legisladoras como “las Batichicas”, un apodo que, lejos de ser inocente, revela la puerilidad y la falta de profesionalismo en un espacio que debería ser de seriedad institucional.
El incidente ocurrió tras la comparecencia de García Harfuch ante la Junta de Coordinación Política (Jucopo), donde discutió el Primer Informe de Gobierno de Claudia Sheinbaum. En medio de la rueda de prensa, Monreal, aparentemente, pidió a Jiménez colocarse junto al secretario, lo que desató un intercambio de palabras y gestos que no pasaron desapercibidos. Las imágenes, captadas en video, muestran a Jiménez intentando ocupar el espacio, mientras Saiden se niega a moverse, evidenciando una pugna que más bien parece sacada de un reality show que de un recinto legislativo.
Este episodio no solo desnuda las tensiones internas dentro de Morena, sino que también pone en entredicho la madurez política de quienes ocupan cargos de representación. En un contexto donde la seguridad pública es un tema crítico para el país, el espectáculo de dos diputadas peleándose por un lugar en una foto resulta, por decir lo menos, indignante. Monreal, lejos de censurar el comportamiento, optó por ridiculizarlo con un apodo que, aunque pretendía ser gracioso, solo subraya la banalización de roles que deberían ser de peso.
La reacción en redes sociales no se hizo esperar, y mientras algunos usuarios lo tomaron con humor, otros lo vieron como un reflejo de la degradación del discurso público en México. Este tipo de incidentes no son nuevos en Morena, un partido que ha sido criticado por priorizar la lealtad personal sobre la agenda legislativa. Sin embargo, en este caso, el ridículo alcanza niveles que difícilmente pueden ser ignorados, especialmente cuando se trata de figuras que aspiran a liderar en el futuro.
En resumen, lo que debería ser un espacio de diálogo serio sobre seguridad se convirtió en un circo mediático, donde las “Batichicas” de Morena demostraron que, para algunas, la cercanía con el poder vale más que la decencia política. Un episodio más que confirma que, en San Lázaro, a veces el espectáculo supera a la sustancia.



