¿Engullido por las sombras de Michoacán? La alarmante desaparición de un líder del PT
El dirigente petista fue visto por última vez la madrugada del 5 de diciembre en Morelia. La FGE difundió su ficha y el partido exigió investigación inmediata
Michoacán.- En un México donde las desapariciones se han convertido en una herida abierta —con más de 133 mil casos acumulados y un repunte de 5 mil en el último trimestre, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas—, el caso de Agustín Solorio Martínez golpea con crudeza. Este coordinador político distrital del Partido del Trabajo (PT) en Apatzingán, Michoacán, fue visto por última vez en la madrugada del 5 de diciembre de 2025, alrededor de las 3:10 horas, en las calles de Morelia. Dos días después, el PT confirmó su ausencia a través de un comunicado firmado por su líder estatal, Reginaldo Sandoval, alertando a la militancia y exigiendo una búsqueda “urgente y coordinada” a las autoridades estatales y federales. La Fiscalía General del Estado emitió de inmediato una ficha de búsqueda, pero el silencio sobre su paradero persiste, alimentando temores en un estado azotado por la violencia de cárteles y disputas territoriales.
Lo que eleva la preocupación no es solo el vacío de pistas —Solorio, exdiputado perredista reconvertido en petista, no dejó rastro de vestimenta ni itinerario claro—, sino el contexto político que rodea su rol. En Michoacán, donde el PT navega alianzas frágiles en un tablero dominado por Morena y la inseguridad, esta desaparición evoca patrones siniestros: ¿coincidencia o represalia contra un operador local en tiempos de precampañas? El partido no descarta nada y promete no descansar hasta tener respuestas, mientras la familia y compañeros claman por apoyo. Fuentes locales como 24 Horas y Mi Morelia coinciden en que las autoridades temen un delito grave, pero la respuesta inicial parece más reactiva que proactiva, un eco de las miles de fosas clandestinas que salpican la entidad.
Este suceso no es aislado; es un recordatorio brutal de cómo la política michoacana se entreteje con el terror cotidiano. Mientras la ficha de búsqueda circula en portales oficiales, urge que el gobierno federal intervenga con inteligencia y no con promesas vacías. Solorio podría ser el próximo nombre en la lista interminable de olvidados, o el catalizador para una presión real contra la impunidad. La militancia petista, en vilo, espera no ser testigo de otro capítulo en la tragedia nacional.




