Entre abucheos y demandas: Sheinbaum enfrenta protestas en Jalisco durante mitin de rendición de cuentas
Productores de agave y maíz, junto con familiares de desaparecidos, interrumpen el evento con demandas urgentes
Jalisco.- En un mitin en Zapopan, Jalisco, la presidenta Claudia Sheinbaum enfrentó un escenario que pocos esperaban: protestas y abucheos que pusieron en jaque su discurso. Mientras intentaba destacar logros como la reducción de la pobreza y programas sociales, productores de agave y maíz, junto con familiares de desaparecidos, irrumpieron con demandas urgentes. “Sin maíz no hay país” y “Jalisco es una fosa” fueron algunas de las consignas que resonaron, revelando un descontento que la mandataria intentó apaciguar con un tono que osciló entre la autoridad y la amenaza: “Si no hay respeto, nos vamos todos”.
Este incidente no es aislado. Sheinbaum ya había enfrentado críticas similares en Chihuahua, donde los abucheos hacia la gobernadora María Eugenia Campos marcaron su visita. En Jalisco, sin embargo, el foco fue el gobernador Pablo Lemus, a quien los asistentes exigieron que se retirara. La presidenta, lejos de apaciguar las tensiones, optó por un enfoque que muchos perciben como distante, preguntando al público si querían que continuara su discurso, como si la decisión dependiera de un plebiscito improvisado.
El contexto agrava la situación. Jalisco, un estado clave por su peso económico y social, vive una crisis en el sector agropecuario. Productores de maíz y agave, que en 2023 vieron cómo el precio del agave caía de 35 a 5 pesos por kilo debido a la sobreproducción, han sido abandonados a su suerte. Según el Consejo Agropecuario y Agroindustrial de Jalisco, el 30% de los agricultores de maíz dejaron de sembrar para apostar por el agave, una decisión que ahora los deja en una posición vulnerable. Mientras tanto, los familiares de desaparecidos, un grupo que ha sido sistemáticamente ignorado, aprovechan estos espacios para visibilizar su dolor.
Sheinbaum, que llegó al poder con una promesa de diálogo y transformación, parece tropezar en su primer año. Su respuesta, más que resolver, expone una desconexión con las bases. Amenazar con abandonar un mitin no es solo un gesto de frustración, sino un recordatorio de que, a pesar de su discurso de cercanía, la paciencia con el descontento popular tiene límites. La pregunta que queda en el aire es si este episodio en Jalisco será un aislado o el comienzo de una narrativa de resistencia que podría marcar su mandato. Lo cierto es que, en un país donde la protesta es parte del tejido social, ignorarla no parece una opción viable.