¡Escándalo en el SAT! Acusan a Antonio Martínez de extorsionar empresas con el látigo de los impuestos
Acusaciones surgen tras reportes de presión fiscal, mientras el SAT no ha emitido comentarios oficiales
CDMX.- Una bomba estalló en el ámbito fiscal del país con las serias acusaciones que apuntan al director del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Antonio Martínez, apodado “El Tony”, como presunto responsable de extorsionar a empresas mediante el uso abusivo de los impuestos. La denuncia, publicada este lunes por La Derecha Diario México, ha encendido las alarmas y desatado un torbellino de reacciones en redes sociales, donde empresarios y ciudadanos claman por transparencia.
El caso no surge de la nada. Martínez, figura clave en la recaudación fiscal desde su llegada al SAT, enfrenta señalamientos que sugieren que ha utilizado su cargo para presionar a compañías, inflando artificialmente las cifras de recaudación en beneficio del gobierno. Esta práctica, si se confirma, pondría en jaque la credibilidad de una institución que, desde su creación en 1997, ha sido pieza central en la gestión financiera nacional. Más aún, su nombre ya resonó en abril pasado, cuando medios como El Imparcial lo vincularon a una red de tráfico de huachicol en Tampico, un antecedente que aviva las sospechas.
Las voces en X no se han hecho esperar. Usuarios denuncian multas desproporcionadas y un sistema que parece más un “cobrador de la mafia” que una autoridad fiscal legítima. Otros, critican la retención del IVA como una herramienta de extorsión legalizada, mientras la oposición apunta a un desgobierno al borde del colapso económico.
Sin pruebas contundentes aún en la mesa, el caso abre un debate crucial: ¿es este un abuso aislado o el síntoma de una corrupción sistémica en el SAT? Con las elecciones de 2027 en el horizonte, el escrutinio sobre la 4T y su manejo fiscal será implacable. Por ahora, Martínez guarda silencio, pero el daño a su imagen —y al SAT— ya está hecho. La pelota está en la cancha de las autoridades para esclarecerlo, antes de que la desconfianza termine de erosionar un sistema al límite.