Escándalo en Miss Universo: El padre de Fátima Bosch, acusado de enriquecimiento ilícito en Pemex, revive sombras sobre la corona mexicana
Bernardo Bosch Hernández, padre de la ganadora mexicana, fue inhabilitado en 2019 por presunto enriquecimiento ilícito y luego reinstalado en Pemex tras ganar un juicio
CDMX.- La euforia por la victoria de Fátima Bosch en Miss Universo 2025, coronada el jueves en Bangkok tras un escándalo de humillación pública por el director tailandés Nawat Itsaragrisil, se tiñe ahora de sospechas familiares. La mexicana de 25 años, que celebró con un “Viva Cristo Rey” en redes, enfrenta un nuevo golpe: su padre, Bernardo Bosch Hernández, exgerente de Responsabilidad y Desarrollo Social en Pemex, fue inhabilitado en 2019 por presunto enriquecimiento ilícito. La Fiscalía General de la República lo investigó por no justificar 6.5 millones de pesos en ingresos entre 2011 y 2015, superando sus salarios públicos; la Secretaría de la Función Pública lo apartó de cargos por 10 años. Bosch padre apeló y, en 2020, el Tribunal Federal de Justicia Administrativa anuló la sanción por falta de sustento legal, permitiéndole regresar a Pemex como subdirector de Gestión Ambiental, Salud y Seguridad.
El timing no podría ser peor: mientras México festejaba —Claudia Sheinbaum la elogió como símbolo de dignidad femenina—, sale a flote un contrato de 745 millones de pesos que Pemex firmó en 2023 con empresas de Raúl Rocha Cantú, presidente de Miss Universo desde 2024. Bosch Hernández ocupaba entonces un puesto directivo en la petrolera, avivando acusaciones de conflicto de intereses por un exjurado que denuncia fraude en la elección y “negocios” entre el padre y Rocha. Pemex desmiente cualquier vínculo actual o intervención en el concurso, aclarando que el acuerdo duró solo 11 meses y celebró el triunfo de Bosch por su “talento mexicano”, no por lazos ocultos. En X, las reacciones van de “corrupción de la 4T” a defensas que separan a la hija del padre, pero el ruido crece.
Analíticamente, esta revelación transforma la narrativa de redención —de la cenicienta humillada a la reina empoderada— en un rompecabezas de favores y opacidad. Bosch, voluntaria en ONGs para migrantes e indígenas, representa un México aspiracional, pero el historial paterno cuestiona si su corona es mérito puro o eco de influencias en Pemex, epicentro de escándalos desde los 80. Críticos en redes ironizan con “Gracias Pemex” o “Papi me regala una corona”, recordando amaños pasados como el de 2023 con Venezuela. ¿Empoderamiento o engranaje en una maquinaria que mercantiliza bellezas mientras ignora desigualdades? México aplaude, pero el escrutinio apenas inicia, y el “destino divino” de Bosch podría necesitar más que fe para sostenerse.



