Escándalo: IMSS no surtió 11 millones de medicamentos en la transición AMLO-Sheinbaum; Triplica niveles de desabasto de Peña Nieto
Triplica los niveles de desabasto registrados en los últimos dos años de la administración de Enrique Peña Nieto
CDMX.- El desabasto de medicamentos en el sistema de salud público mexicano sigue siendo un desafío crítico, según datos verificados del colectivo Cero Desabasto y reportes oficiales de instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Entre el 1 de enero y el 19 de diciembre de 2024, el IMSS reportó 11 millones 575 mil 307 piezas de medicamentos no entregadas a sus derechohabientes, equivalentes a 4 millones 527 mil recetas sin surtir. Aunque esta cifra representa una mejora respecto a los años más críticos de la pandemia (2020-2022), sigue siendo alarmante: triplica los niveles de desabasto registrados en los últimos dos años de la administración de Enrique Peña Nieto (2017: 1.77 millones; 2018: 1.46 millones de recetas no surtidas).
El contexto histórico revela una tendencia preocupante. En 2019, primer año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el IMSS dejó de surtir 5.04 millones de recetas, un número que se disparó durante la pandemia por Covid-19. Según el informe Radiografía del Desabasto de Medicamentos en México 2023 del colectivo Cero Desabasto, el IMSS no abasteció 15.85 millones de recetas en 2020, 22.06 millones en 2021 y 12.48 millones en 2022, sumando un total de 50.4 millones de recetas no surtidas en esos tres años. La crisis sanitaria global pudo haber exacerbado la situación, pero el desabasto ya mostraba signos de deterioro antes de 2020, lo que apunta a problemas estructurales en la planeación y distribución de medicamentos.
En 2023, el IMSS reportó 5.18 millones de recetas no surtidas, una cifra similar a la de 2019, lo que sugiere que las medidas implementadas no lograron revertir la tendencia de fondo. Para 2024, aunque el desabasto disminuyó a 4.52 millones de recetas —la mejor cifra en seis años—, sigue siendo un indicador de fallas sistémicas. Comparado con los niveles prepandemia, el desabasto sigue siendo significativamente mayor, lo que plantea cuestionamientos sobre la eficacia de las políticas de la autodenominada Cuarta Transformación en materia de salud.
El problema no se limita al IMSS. El programa IMSS-Bienestar, que sustituyó al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), reportó 7 mil 296 recetas no surtidas entre el 1 de agosto y el 19 de diciembre de 2024. La falta de registros previos a agosto, según el propio organismo, refleja una transición caótica en la gestión de los servicios de salud, lo que dificulta evaluar el alcance real del problema en este sector. Por su parte, el Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM) reportó un millón 45 mil 455 recetas no surtidas entre el 11 de enero y el 30 de noviembre de 2024, evidenciando que el desabasto también afecta a los derechohabientes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar).
En 2024, el desabasto de medicamentos ocurrió bajo dos administraciones presidenciales. Hasta el 30 de septiembre, Andrés Manuel López Obrador fue el presidente de México, y las políticas de su gobierno, incluyendo la centralización de las compras de medicamentos, continuaron influyendo en el sistema de salud. A partir del 1 de octubre de 2024, Claudia Sheinbaum asumió la presidencia, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar el cargo. Dado que el período reportado abarca principalmente el último año de López Obrador, la responsabilidad del desabasto recae mayormente en su administración, aunque Sheinbaum heredó un sistema con problemas estructurales que su gobierno deberá abordar en los años siguientes.
Este panorama ha generado malestar social. Médicos y personal de salud han salido a las calles a protestar, mientras que los pacientes enfrentan dificultades para acceder a tratamientos esenciales. Las causas del desabasto son multifactoriales: desde la centralización de las compras de medicamentos, que buscaba combatir la corrupción pero generó cuellos de botella logísticos, hasta la falta de coordinación entre instituciones y la insuficiencia de presupuesto para garantizar el abasto continuo. Por ejemplo, el cambio en el esquema de distribución, que eliminó a intermediarios tradicionales y priorizó compras consolidadas a través de organismos internacionales como la UNOPS, no ha logrado los resultados esperados, según análisis de expertos en salud pública.
En conclusión, aunque los datos de 2024 muestran una ligera mejoría, el desabasto de medicamentos sigue siendo un reflejo de problemas estructurales en el sistema de salud mexicano. Resolverlo requerirá no solo voluntad política, sino una estrategia integral que aborde la planeación, la logística y la transparencia en la gestión de recursos. Mientras tanto, millones de mexicanos siguen enfrentando la incertidumbre de no recibir los medicamentos que necesitan.