"Estúpida" : Fátima Bosch denuncia insultos de Nawat en actividades previas a Miss Universo 2025
La representante de México, Fátima Bosch, fue llamada “estúpida” por Nawat Itsaragrisil, presidente de Miss Grand International, tras negarse a publicar más contenido promocional de Tailandia
Tailandia.- En el bullicio de Bangkok, donde Miss Universo 2025 se prepara para coronar a su nueva reina el 21 de noviembre, Fátima Bosch, la tabasqueña de 24 años que conquistó la corona mexicana el 13 de septiembre, se convirtió en el epicentro de un escándalo que trasciende el glamour. No fue un tropiezo en la pasarela, sino un choque verbal crudo con Nawat Itsaragrisil, el empresario tailandés que preside Miss Grand International y coorganiza el evento local. ¿Qué desató el fuego? Una exigencia simple: publicar más contenido promocional sobre Tailandia en sus redes. Bosch, firme en su postura, respondió con dignidad, y eso bastó para que Nawat elevara la voz, la llamara “estúpida” –o “dumb head” en inglés, según testigos– y la humillara frente a otras candidatas. Lágrimas, solidaridad de compañeras y una salida abrupta de la reunión preliminar marcaron el instante, capturado en un video filtrado que ya circula como reguero de pólvora en TikTok e Instagram.
Este no es un incidente aislado, sino un eco de las sombras que persiguen a Miss Universo desde su adquisición por Anne JKN en 2023, un giro que trajo inyecciones de capital tailandés pero también tensiones culturales y de poder. Nawat, un veterano controvertido en el mundo de los certámenes –recordemos su desdén reciente hacia la Miss Filipinas por “soñolienta”–, representa esa vieja escuela autoritaria que choca con el empoderamiento que el concurso predica. Bosch, licenciada en diseño de moda y defensora de causas como la inclusión femenina, no se achicó: en un live posterior, declaró “Nadie debe apagar nuestras voces; la dignidad está por encima de cualquier corona”. La Organización Miss Universo México lo tildó de “inaceptable” y exigió respeto, mientras la sede global evalúa el caso en silencio, temiendo un boicot que manche la final en el Impact Arena.
Analíticamente, esto desnuda la hipocresía de un espectáculo que vende sororidad pero tolera jerarquías tóxicas. ¿Por qué ahora, con México en la mira tras años de ausencias en el top? Porque Bosch encarna el cambio: no una muñeca silente, sino una voz que obliga a Miss Universo a mirarse al espejo. Si no actúan, el verdadero perdedor será el certamen mismo, erosionado por su propia irrelevancia en un mundo que ya no aplaude el machismo disfrazado de tiara. México, con o sin corona, sale fortalecido: Fátima sigue en la contienda, más reina que nunca.



