Fallece Fidel Herrera Beltrán, exgobernador de Veracruz, envuelto en controversias
Un informe filtrado en 2011 por la PGR, basado en datos de la DEA y testigos protegidos, señaló que Herrera habría sostenido reuniones en 2008 con líderes de Los Zetas
CDMX.- A los 76 años, Fidel Herrera Beltrán, exgobernador de Veracruz (2004-2010) y figura destacada del PRI, falleció, según confirmó su hijo, Javier Herrera Borunda, secretario de Organización del PVEM. Aunque no se han revelado las causas oficiales de su muerte, su salud se vio mermada desde un derrame cerebral en 2018 que lo alejó de la esfera pública. Su trayectoria, marcada por cargos legislativos y una gestión estatal controvertida, deja un legado polarizante.
Herrera, nacido en Nopaltepec, Veracruz, en 1949, fue un jurista formado en la UNAM, con posgrados en The London School of Economics, McGill y la Fundación René Cassin. Su carrera incluyó ser diputado federal, senador y cónsul en Barcelona (2015-2017). Sin embargo, su paso por la gubernatura de Veracruz es recordado por un aumento exponencial de la deuda estatal —67 mil por ciento en 11 años, según la SHCP— junto a Miguel Alemán Velasco y Javier Duarte, así como por graves acusaciones de corrupción y nexos con el crimen organizado.
Un informe filtrado en 2011 por la PGR, basado en datos de la DEA y testigos protegidos, señaló que Herrera habría sostenido reuniones en 2008 con líderes de Los Zetas, como Braulio Arellano Domínguez y Miguel Ángel Treviño. El documento también reveló una presunta nómina de 600 mil pesos mensuales del Cártel del Golfo para sobornar a la policía veracruzana. Agencias estadounidenses investigaron estos vínculos, así como posibles operaciones de lavado de dinero en Veracruz, Barcelona y EE.UU. En 2013, Forbes lo incluyó entre los políticos más corruptos de México.
Otro escándalo lo vinculó con Francisco Colorado Cessa, acusado en EE.UU. de lavar dinero para Los Zetas. Un testigo afirmó haber entregado 12 millones de dólares a Colorado para la campaña de Herrera en 2004, acusación que el exgobernador negó rotundamente. Su gestión también fue cuestionada por la compra de medicamentos falsificados, un caso que resurgió durante su consulado en Barcelona, lo que lo llevó a renunciar en 2017.
Pese a las críticas, su hijo lo describió como un “líder íntegro” y “ser humano generoso”, cuya “luz seguirá siendo un faro”. La muerte de Herrera cierra un capítulo de la política veracruzana, pero las preguntas sobre su legado persisten. No se han anunciado detalles sobre sus servicios funerarios.
La trayectoria de Herrera refleja las contradicciones del sistema político mexicano de las últimas décadas. Su capacidad para ascender en el PRI y mantener influencia, pese a señalamientos graves, evidencia las debilidades institucionales en el combate a la corrupción y la impunidad. Las acusaciones de nexos con Los Zetas, respaldadas por investigaciones internacionales, no derivaron en consecuencias legales, lo que subraya la fragilidad del estado de derecho en México. Su fallecimiento no resuelve las interrogantes sobre el impacto de su gestión en Veracruz, un estado que aún lidia con las secuelas de la violencia y la deuda.