Fallece Mario Vargas Llosa, ícono de la literatura universal
Nacido el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, Perú, Vargas Llosa creció entre Perú, Bolivia y Francia, experiencias que moldearon su visión del mundo y su escritura.
CDMX.- El escritor peruano Mario Vargas Llosa, uno de los más influyentes novelistas y ensayistas del siglo XX y XXI, ha fallecido a los 89 años, dejando un vacío inmenso en el panorama literario mundial. Galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 2010, Vargas Llosa fue reconocido por la Academia Sueca por su “cartografía de las estructuras del poder y su incisiva imagen de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”. Su obra, traducida a más de 40 idiomas, es un testimonio de su genialidad para entrelazar la realidad, la ficción y los grandes dilemas humanos.
Nacido el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, Perú, Vargas Llosa creció entre Perú, Bolivia y Francia, experiencias que moldearon su visión del mundo y su escritura. Su debut literario, La ciudad y los perros (1963), lo catapultó a la fama como una voz clave del boom latinoamericano, movimiento que compartió con figuras como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes. La novela, inspirada en su experiencia en el Colegio Militar Leoncio Prado, retrata con crudeza los códigos de violencia y honor en una sociedad jerárquica, marcando el inicio de una carrera prolífica.
Entre sus obras más destacadas están Conversación en La Catedral (1969), una compleja exploración del poder y la corrupción en el Perú de los años 50; La guerra del fin del mundo (1981), que recrea un conflicto histórico en Brasil con tintes épicos; y La fiesta del chivo (2000), un retrato estremecedor de la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana. Su versatilidad también se refleja en novelas como Pantaleón y las visitadoras (1973), con su tono satírico, y Lituma en los Andes (1993), que aborda la violencia política en Perú.
Más allá de la novela, Vargas Llosa cultivó el ensayo, el teatro, el periodismo y la crítica literaria. Obras como La orgía perpetua (sobre Flaubert) y Cartas a un joven novelista revelan su pasión por la literatura como arte y oficio. Su columna periodística, publicada durante décadas en medios internacionales, abordó desde la política hasta la cultura, siempre con un compromiso firme con la libertad individual y la democracia. Sin embargo, su trayectoria no estuvo exenta de controversias: su evolución ideológica, del socialismo al liberalismo, y sus opiniones políticas polarizaron a lectores y críticos, especialmente en América Latina.
Vargas Llosa fue mucho más que un escritor: fue un intelectual público que participó activamente en la vida política y cultural. En 1990, se postuló a la presidencia de Perú, siendo derrotado por Alberto Fujimori. Pese a ello, su influencia como pensador nunca decayó. Recibió numerosos reconocimientos, como el Premio Cervantes (1994), el Príncipe de Asturias (1986) y la Legión de Honor francesa, además de ser miembro de la Real Academia Española y la Academia Francesa, un honor excepcional para un autor no francés.
El fallecimiento de Vargas Llosa ha desatado una ola de tributos en todo el mundo. Escritores, políticos y lectores han destacado su capacidad para capturar la complejidad del alma humana y su valentía para enfrentar temas incómodos. “Perdemos a un titán cuya pluma dio voz a los sin voz y desnudó las entrañas del poder”, señaló la escritora mexicana Elena Poniatowska. Por su parte, el presidente de Perú anunció un duelo nacional, mientras editoriales de diversos países preparan reediciones de sus obras para rendirle homenaje.
Mario Vargas Llosa deja un legado imborrable. Su obra, que combina maestría narrativa con un profundo sentido ético, seguirá siendo un faro para las generaciones futuras. Como él mismo escribió en El paraíso en la otra esquina: “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”. Hoy, el mundo recuerda a Vargas Llosa como un narrador irrepetible que transformó la manera de contar la vida.