¿Favorita o inevitable? El guiño oficialista a Ernestina Godoy en la puja por la FGR
El senador del PVEM, Jorge Carlos Ramírez Marín, confirmó este martes que la exfiscal de CDMX Ernestina Godoy es la candidata con más respaldo de Morena-PT-Verde para relevar a Alejandro Gertz Manero
CDMX.- En un breve pero revelador intercambio con la prensa en el Senado, el legislador del PVEM Jorge Carlos Ramírez Marín dejó caer que Ernestina Godoy, exfiscal de la Ciudad de México, se perfila como la opción predilecta del bloque Morena-PT-Verde para suceder a Alejandro Gertz Manero al frente de la Fiscalía General de la República (FGR). “No está cantado, pero reúne condiciones adicionales: está inmersa en el gobierno y ha dado resultados en seguridad”, matizó el senador, en un video que circula como un secreto a voces en redes y pasillos legislativos. El proceso arranca justo ayer, con el Senado depurando una lista inicial de 43 aspirantes a solo 10, donde Godoy figura pese a su posición modesta en el orden alfabético.
Godoy, aliada cercana de Claudia Sheinbaum durante su gestión en la capital —donde impulsó reformas en procuración de justicia y combates a la corrupción urbana—, no es una novata en el tablero político. Nombrada recientemente encargada de despacho en la FGR y con un “dream team” que incluye a Héctor Elizalde Mora en la Agencia de Investigación Criminal, su trayectoria huele a continuidad del proyecto 4T. El Senado, dominado por la mayoría oficialista, enviará esta decena a la presidenta para que elija una terna que se someterá a voto calificado; un trámite que, en papel, busca autonomía, pero que en la práctica parece un ritual para ratificar lealtades.
Lo que alarma no es el favoritismo —predecible en un sistema donde Morena controla tres de cada cuatro curules—, sino el riesgo de erosionar la independencia judicial que prometió la reforma de 2018. Si Godoy asume, la FGR podría mutar en un apéndice del Ejecutivo, priorizando narrativas políticas sobre investigaciones imparciales, como ya se rumora en casos sensibles de corrupción y derechos humanos. ¿Democracia o control? El Senado lo dirá, pero el eco de Ramírez Marín sugiere que la balanza ya pende.



