Fentanilo en México: Sheinbaum pisa fuerte con más de 2 mil kilos incautados donde AMLO fue omiso
El mensaje es tentador: Sheinbaum está haciendo lo que AMLO nunca quiso o pudo.
CDMX.- En apenas cinco meses, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha puesto sobre la mesa una cifra que sacude: más de 2 mil 385 kilogramos de fentanilo incautados, superando con creces lo que Andrés Manuel López Obrador logró en todo su sexenio. Sí, leyeron bien. Mientras AMLO pasaba seis años minimizando el problema, llegando incluso a negar que el fentanilo se produjera o circulara en México, Sheinbaum parece haberle dado un giro radical a la estrategia. El mensaje es tentador: Sheinbaum está haciendo lo que AMLO nunca quiso o pudo. Pero, ¿es esto un verdadero golpe al narcotráfico o solo un espectáculo bien montado para calmar a Washington y maquillar estadísticas?
Bajo el mandato de López Obrador, las incautaciones de fentanilo eran casi un mito. Los datos oficiales son elocuentes: en seis años, el gobierno apenas rascó la superficie del problema, con decomisos tan bajos que parecían más un accidente que una prioridad. AMLO, fiel a su estilo, desestimaba las acusaciones de Estados Unidos sobre la crisis de opioides como "propaganda" y aseguraba que México no era un productor relevante de la droga. Sin embargo, la realidad cantaba otra cosa: los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación operaban a sus anchas, convirtiendo al país en una autopista de fentanilo rumbo al norte. ¿Negligencia, incapacidad o una apuesta política por no confrontar a los narcos? Las respuestas nunca llegaron, pero el saldo fue claro: una crisis desatendida y un vecino estadounidense cada vez más furioso.
Ahora, con Sheinbaum al mando desde octubre de 2024, el panorama parece distinto. Los titulares no mienten: 300 kilos decomisados en Sinaloa, mil 400 en Baja California, y un total que triplica lo hecho por su antecesor en una fracción del tiempo. La presidenta ha puesto el foco en aduanas y puertos, reforzando inspecciones con tecnología y músculo militar. La Secretaría de Marina y la Guardia Nacional se pasean como protagonistas de esta nueva cruzada, mientras el gobierno presume una caída del 30% en homicidios ligados al crimen organizado. ¿Coincidencia o causalidad? El mensaje es tentador: Sheinbaum está haciendo lo que AMLO nunca quiso o pudo.
Pero aquí viene el pero, porque en México nada es tan simple. ¿De verdad estamos ante un golpe mortal al narco o solo rascamos la punta del iceberg? Los cárteles no son novatos; llevan décadas adaptándose a cada embate. Si les cierran un puerto, abren una ruta. Si les quitan un cargamento, duplican la producción. Y mientras el gobierno celebra sus kilos decomisados, el control territorial de los narcos sigue intacto en vastas zonas del país. Sinaloa y Baja California no son excepciones, sino ejemplos de un dominio que no se tambalea con operativos mediáticos. A eso súmenle la corrupción endémica: ¿cuántos funcionarios están en la nómina de los cárteles, dejando pasar lo que no se ve en las fotos oficiales?
El contraste con AMLO es brutal, sí, pero también sospechoso. Que Sheinbaum haya logrado tanto en tan poco tiempo podría hablar de una estrategia efectiva... o de una presión externa imposible de ignorar. Estados Unidos, harto de las evasivas de López Obrador, ha apretado las tuercas, y no es secreto que el fentanilo es un tema candente en la relación bilateral. ¿Es esta ofensiva una respuesta genuina al narco o un guiño diplomático para evitar sanciones? Y más importante aún: ¿qué pasa con las raíces del problema? La pobreza, la falta de empleo y la impunidad que alimentan al crimen organizado no se resuelven con decomisos espectaculares.
Sheinbaum tiene un arranque prometedor, pero el fentanilo no es solo una droga: es un monstruo de mil cabezas que AMLO prefirió ignorar y que ella apenas comienza a enfrentar. Si esto es un cambio real o un espejismo estadístico, solo el tiempo lo dirá. Por lo pronto, los cárteles no tiemblan, y México sigue siendo el patio trasero de una crisis que no empezó aquí, pero que aquí se cocina.