FIFA PASS, la promesa de visas rápidas para el Mundial 2026
Anuncian citas prioritarias para tramitar visas, pero sin garantía de aprobación
EU.- Si tienes un boleto para el Mundial 2026, la FIFA y el gobierno de Estados Unidos te prometen una “cita prioritaria” para tramitar la visa B1/B2, esencial para entrar al país durante el torneo que se jugará del 11 de junio al 19 de julio en Canadá, México y EE. UU. La iniciativa, bautizada como FIFA PASS, fue anunciada con bombo y platillo en la Casa Blanca por figuras como Gianni Infantino y Donald Trump, quienes la venden como un paso hacia la “Copa más inclusiva de la historia”. Sin embargo, detrás del entusiasmo hay matices que los aficionados deben analizar con lupa. El plan, confirmado el 17 de noviembre de 2025, permite reservar una entrevista prioritaria para el engorroso proceso de visa, que suele enfrentar retrasos de hasta 700 días para países como Brasil o India, según datos de Passport Index. Esto es clave: con menos de 500 días para el inicio del torneo, el tiempo apremia. El Departamento de Estado exige además un pasaporte vigente por al menos seis meses tras el evento, y subraya que tener boleto no asegura la aprobación.
La movida parece un guiño comercial más que una solución real. La FIFA busca facilitar la llegada de fans internacionales, pero el sistema de citas prioritarias —disponible desde ahora vía enlace oficial y con más detalles en enero de 2026— no aborda la burocracia ni los posibles endurecimientos de política migratoria bajo la administración Trump. Mientras tanto, la segunda fase de venta de boletos sigue en el aire, y los aficionados, entre la ilusión y la incertidumbre, deberán apurarse. ¿Un premio doble o una promesa a medio cocer? El tiempo lo dirá.
En el evento de la Casa Blanca, Infantino no escatimó en elogios al sistema, proyectando cifras millonarias de impacto económico —30,000 millones de dólares y 200,000 empleos— y una audiencia global de 6,000 millones de espectadores. Sin embargo, la realidad es que el FIFA PASS no es más que una herramienta para agilizar trámites, no una garantía de entrada. La presencia de Trump, con su historial de políticas migratorias restrictivas, añade una capa de ironía a la promesa de inclusión. Mientras Infantino hablaba de “legítimos fans de fútbol” y “mejores condiciones”, la cara de Trump, sentado con expresión impasible, parecía decirlo todo: este no es un acto de filantropía, sino un cálculo político y comercial. Los aficionados, pues, deberán navegar entre la esperanza y la cautela.



